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Hola a tod@s, un día nuevo, un nuevo capítulo. Y si ya lo sé el título de la entrada es malo, al igual que los seis anteriores >o<, pero que le vamos a hacer mi imaginación no es muy buena para los títulos, tardo años en elegir uno, y no creo que quieran esperar tanto para tener los capítulos XD.
Se que no contesto los comentarios personalmente, pero es por el poco tiempo que tengo, y si contestara solo uno me sentiría mal para los que no pueda contestar. Sin embargo los leo todos con gran emoción y agradecimiento, realmente no puedo poner en palabras lo valiosos que son para mí.
También tomo nota de las observaciones, sugerencias, y ánimos para que continué. Hoy haré mención especial a algo que decía de un comentario de un anónimo, aclaro que esto no es con el fin de reclamar o quejarme por la opinión, es sólo para ver si mi racionamiento esta bien, o debo cambiar las cosas porque eso sería mejor para la historia.
Axel a pasado años sin hablar y prácticamente sin proferir sonido alguno, esto tanto en su forma humana como animal, esa es la razón por la que sus cuerdas vocales se han paralizado o atrofiado. Aunque esto solo se aplica a mi historia, porque he buscado mucha información referente al tema, pero no he encontrado si esto es posible o no, pero debido a que para hablar interviene un musculo, estoy tomando la base de que estos si se atrofian. No me meteré en más detalles porque es demasiada la información, con causas y tratamientos, solo quiero aclarar que es debido al desuso que sus cuerdas deben ejercitarse para recuperar su funcionamiento normal.
Además su cuerpo también a sufrido de varias daños más, entre ellos el más notoria es una elevada desnutrición. La escases de alimentos ocasiona que su cuerpo apenas tenga fuerzas para curarse asímismo, de heridas y leciones. Desde que llego con Daniel solo han pasado dos días, en los cuales por más comida que haya ingerido, no es la suficiente para compensar la privación y daño sufrido durante un lapso de tiempo mucho más grande, y aunque en este capitulo pasaran otros tantos, no creo que sean suficientes para una recuperación del 100%.
Así que Axel primero debe concentrarse en recuperarse de los daños más graves, antes de comenzar con su rehabilitación muscular laríngeo. Es por eso que creo él debe tardar algo de tiempo para volver a hablar, ¿no se si esto se les hará muy desesperante por lo que debería acortar el tiempo para que esto suceda, o debo de dejarlo así para asentar el precario estado del adorable gatito de Daniel? Déjenme saber que piensan de esta cuestión.
Ahora después de tanto bla, bla, bla aburrido de mi parte XD, pasemos a lo que realmente quieren leer, por eso les dejó aquí el capítulo siete, disfrútenlo q(^o^)p...
CAPÍTULO
7
<<¡Maldición! ¿Por qué justo
ahora?>>
En ese
preciso momento, Daniel tenía el gran deseo de matar a alguien. Las cosas por
fin iban tan bien con su minino hasta que, lo que él pensó era definitivamente
algún insensato con tendencias suicidas, tocó a la puerta interrumpiéndoles.
Apenas
había roto el maravilloso beso, cuando la puerta se abrió, y Daniel tuvo que
hacer uso de cada gramo de paciencia que tenía, para no gruñirle a María. De
haber sido cualquier otra persona, sin dudarlo ni un segundo, le hubiera
arrancado la cabeza de un mordisco.
―Siento mucho interrumpir
Daniel, pero me dijeron que prácticamente no comiste nada en todo el día ―dijo María entrando con una
charola repleta de comida, que colocó en la mesa mientras le daba la
oportunidad a sus chicos de arreglarse un poco. Lamentaba seriamente el haber
interrumpido, pero la salud y el cuidado de los suyos era lo primero―. Te he dicho que debes
cuidar mejor de ti mismo. ¿Cómo se supone que puedas dirigir la manada, si no
estás en óptimas condiciones para hacerlo?
―Gracias María, prometo cuidarme mejor. ―Daniel respondió
resignadamente, podría ser el Alfa, pero ni siquiera él se atrevía a llevarle
la contraria a la loba. Es más, aún no conocía a cambiaforma, hombre, bestia o
ser vivo que lo hiciera.
Veinte
minutos después de la interrupción, Daniel había terminado de comer, dejando la
bandeja en la mesa de centro. En cuanto él le agradeció y tomó la bandeja,
María había salido despidiéndose y deseándoles a ambos buenas noches. Después,
todo se había convertido en un incomodo silencio, sólo roto por el sonido de
los cubiertos y platos.
Él se
había forzado por terminárselo todo, no queriendo recibir otro sermón acerca de
su mala alimentación por parte de la loba, más ahora se recriminaba el haber
terminado tan rápido. Lo único que Daniel quería era regresar a los brazos de
su pareja, pero ya roto el encanto del beso, Axel se había vuelto a retraer, y
estaba seguro que ahora su toque no sería bien recibido.
Aún sabiéndolo,
él no quería irse de la habitación, podría incluso quedarse a dormir en el piso,
con tal de poder estar cerca de su pequeño gato. Estaba en un predicamento parado
allí a mitad del cuarto, cuando vio que su pareja tomaba la libreta y el bolígrafo,
de la mesita de noche que estaba a su derecha. Espero hasta que el otro terminó de escribir, volteando
hacia él la libreta, para que lo pudiera leerlo.
¿Por qué tu gente me acepta? No solo soy un gato, también
soy macho.
Daniel
no pudo evitar que una suave sonrisa apareciera en su cara, ante lo que estaba
escrito, más confiado se acerco a su pareja sentándose a la orilla de la cama.
Al parecer hoy era el día en que ambos podrían llegar a conocerse mejor.
No
estaba seguro de que tipo de preguntas, podía hacerle Daniel a su pareja, sin
que éste volviera a retraerse. Pero creía que si hablaba primero sobre él, tal
vez su minino se sentiría lo suficientemente a gusto para hacer lo mismo. Decidido
le miró a los ojos, contestando con total sinceridad y calma.
―Porque a mi manada no le
importa ninguna de esas nimiedades. Al menos no a mi actual manada.
¿Actual manada?
―Sí, en realidad es la misma
sólo que más pequeña. ―Vio la
duda en el rostro del otro y trató de explicarse mejor―. Nosotros solíamos vivir en
otro lugar, lejos más al Este. Pero nuestro territorio se vio de pronto
invadido por humanos, y no hubo nada que nosotros pudiéramos hacer.
>>Entonces
nuestro consejo decidió, que debíamos restablecernos en otro sitio, y a si fue como terminamos aquí. Claro que a muchos de
los miembros de mi manada no les gusto la idea, y decidieron reubicarse ellos
mismos en otras manadas… Entendí el sentir de mi gente, después de todo mí
tampoco me gustaba la idea de establecernos en una ciudad, donde no tenemos un espacio
para correr.
>>Y
pensé muy seriamente en disolver la manada. Pero hubo miembros, mi actual
manada, que decidieron seguir conmigo y emprender este viaje. Sentí que les
debía a ellos el continuar, habían depositado su fe en mí, y yo no les iba a
fallar… ¿Sabes? Esto nunca se lo he comentado a nadie, y sé que puedes guárdalo
en secreto, será nuestro secreto. ―Sin
abandonar la suave sonrisa en su rostro, Daniel llevó su dedo índice a sus
labios en la universal señal de guardar silencio, mientras guiñaba su ojo y
continuaba su relato―. Aunque de ninguna forma me arrepiento de mantener la
manada,
hemos terminado convirtiéndonos en una familia más unida de lo que ya éramos.
Estoy seguro que antes, mi manada anterior, también te hubiera aceptado, aunque
varios miembros sí que se hubieran opuesto, por alguna o ambas razones que tú mencionaste,
claro que yo no les haría caso por supuesto. Pero no ahora, de eso puedes estar
tranquilo, porque sé que de la misma manera en que yo deseo y procuro su
felicidad, ellos quieren y procuran la mía… Y saben que mi felicidad está
contigo.
Daniel
se acerco más para volver a acariciarle la mejilla a su pareja, pero no hizo
algún otro movimiento. Por más que quería y deseaba reclamarle como suyo, sabía
que aún no era el momento. Si se movía demasiado deprisa, había la posibilidad
de perderle, y él se negaba a tomar ese riesgo.
Primero
debía de darle seguridad y confianza. Aprender uno del otro, de tal forma que
los cimientos de su relación fueran estables, y lo suficientemente fuertes para
resistir los futuros embates que la vida les lanzara.
Entonces se equivocan, ¿Cómo puedo traerte felicidad
si soy un gato negro? Lo único que traigo es mala suerte.
―¿Por qué sigues con eso de, gato negro de mala suerte? ―Daniel
frunció el ceño ante lo escrito, al principio pensó que era una escusa de su
pareja, para alejarle en el callejón. Pero ahora en la tranquilidad de esa
habitación, pudo ver en los ojos de Axel, que creía seriamente lo que le escribió―. Cuéntamelo por favor, no
podré entenderlo hasta que me lo expliques.
Los
ojos de Axel mostraron tanta tristeza y dolor mientras asentía, que Daniel
sintió como su propio corazón se estrujaba en empatía con él. Cambio de
posición en la cama, de tal forma que viera lo que escribía su felino, sin
necesidad de que éste volteara la hoja para que pudiera leer.
Por
segunda vez en ese día, Axel perdió la noción del tiempo. Sentía sus ojos
calientes y secos de tanto llorar. Recordar su pasado ya era difícil en sí,
compartirlo con otro ser, había sido casi devastador para él. No es que no le
tuviera confianza a su pareja, extrañamente lo hacía, pero tenía miedo.
Ni
siquiera se atrevía a levantar la mirada. Le aterrorizaba lo que podría
encontrar en los ojos de Daniel. Repulsión, temor, odio. Era las cosas que veía
en los ojos de los demás, cuando veían a su gato negro. No creía poder soportar
que esa mirada amorosa, que hasta ahora había recibido, se transfigurara
mostrando precisamente aquello que tanto le lastimaba.
¿Y cómo
es que su pareja no iba a despreciarle, ahora que sabía que sus manos estaban
manchadas de sangre inocente?. Puede que en un principio era él quien quería
alejarse, para no traer la desgracia sobre su lobo, incluso en el callejón
había tratado de decirle y hacerle ver que no era bueno que se quedara cerca de
él. Pero eso no significaba que quisiera que su pareja le odiara, o sintiera
repugnancia, como era seguro hacía ahora que conocía sus más oscuros y
horribles pecados.
Él
mismo los había desmenuzado uno por uno, al principio escribiendo, y cuando su
borrosa visión y el temblor de sus manos se lo impidieron, continúo su relato con
su quebrada y distorsionada voz. Siendo sincero consigo mismo, Axel sabía que
dentro de él había nacido la esperanza de poder quedarse con su lobo y la
manada.
La
esperanza de nunca más estar solo en este frío y cruel mundo. Estaba consciente
que era un anhelo estúpido e imposible, y aun así esa pequeña semilla había
echado raíz en su muy tonto corazón, sin que él pudiera hacer algo para
evitarlo. Esa fue la segunda causa oculta, de su apresurada huida.
Si
él se iba por propia voluntad, tenía la vana ilusión de que su pareja todavía
le quisiera, y entonces él tenía un lugar al cual regresar algún día. Ahora ni siquiera iba a tener ese consuelo. A
partir de este momento, Daniel ya no le querría nunca más, y no podía culparle
ni odiarle por hacerlo.
Axel
no sabía si reír o seguir llorando. ¿No era eso lo que buscaba en un principio?
Sí, porque él no merecía ser feliz. Además quedarse, sólo traería más dolor
cuando viera morir a todos.
Demonios,
era tan difícil entenderse a él mismo, no cabía duda debía tener desorden de
personalidad múltiple. Porque anhelaba las mismas cosas, que a su vez rechazaba
con la misma intensidad. Pero ahora no había vuelta atrás, únicamente debía
irse, era lo mejor para todos.
Aun
así, sintió como lo poco que aún quedaba de su maltratada alma, moría
lentamente en ese instante. Reuniendo todas las fuerzas que le quedaban, comenzó
a levantarse de la cama. Entre más se quedara, más difícil sería dejar las
cosas atrás. Incluso su gato, por primera vez desde que encontrara a su pareja,
parecía de acuerdo con él. Y aunque agonizante, no trató de detenerle para
quedarse, como la vez anterior lo hiciera.
Siempre
se habían tenido él uno al otro, y al parecer sería de esa forma hasta el día
en que por fin murieran. Sólo esperaba que en esta ocasión, su felino no se
esforzara tanto para mantenerle con vida, porque definitivamente ya estaba
cansado de su solitaria existencia.
Inclusive
ahora que lo intentaba, su estúpida frase: “mientras
siga adelante, algún día las cosas cambiarían y por fin podré ser feliz sin que
nada lo arruine”, ya no le traía consuelo como antaño lo había hecho.
Axel
no había puesto todavía sus descalzos pies en el suelo, cuando fue halado de la
cintura, y colocado de nuevo al centro de la cama. Su espalda quedo pegada al
pecho de su lobo, que de manera firme pero sin lastimarle, le sostenía de la
cintura.
Antes
de que Axel pudiera reaccionar de alguna forma a esa sorpresiva acción, su
pareja recargo el mentón en su hombro izquierdo, para inmediatamente después presionar
un suave y casto beso en su cuello. Ocasionando, los ya para entonces, muy
conocidos escalofríos de placer que despertaban su pene.
Axel
apenas y pudo contener un gemido, que pugnaba por escapar de sus labios, cerrando
fuertemente los ojos. ¿Qué estaba pasando? No tenía idea alguna. Y antes de que
su cerebro se fuera definitivamente de vacaciones ante los estímulos que esos
labios le provocaban, la grave y seductora voz de su pareja, sonó muy cerca de
su oído, con el cálido aliento cepillando la sensible piel de su oreja.
Ese
simple hecho hubiera bastado para que Axel definitivamente se perdiera, pero
las palabras susurradas fueron suficientes para mantenerle anclado en la
realidad.
―Lamento que hayas tenido que
pasar por todo eso, pero debes de saber que nada de lo que ocurrió fue tu
culpa.
Había
tanta convicción en esa frase, que por un momento Axel le creyó. Que tonto e
iluso era. Claro que había sido su culpa, si él no hubiera nacido, toda esa
gente no hubiera muerto. Comenzó a negar lentamente en desacuerdo, pero su lobo
se lo impido sosteniendo con una mano su barbilla, mientras que la otra permaneció
agarrando su cintura.
―Sé que debe ser muy difícil
de creer mis palabras, cuando siempre has escuchado lo contrarío una y otra vez...
Pero es cierto, esas cosas no fueron más que pura y simple casualidad. Siempre
hay cosas malas pasando en el mundo, y ABSOLUTAMENTE
NADIE es responsable de ello.
Daniel
sentía la desesperación y la ira creciendo rápidamente en su pecho. ¿Cómo se
habían atrevido a hacerle eso a su Axel?, ¿Quién acusaba a un indefenso cachorro
de ser el causante de las desgracias que ocurrían? No podía imaginar el dolor y
angustia que había tenido que enfrentar su minino. Y para colmo había tenido
que pasar por todo completamente solo.
Pero
ya no más. Ahora le tenía a él para sostenerle, y demostrarle que decía la
verdad. Algo que Daniel sospechaba sería muy difícil, más no imposible. Al
menos ahora estaba al tanto de que su pareja no había estado cautiva por años,
aunque no sabía que era peor, lo que habían creído o la cruda realidad.
Axel
miro atreves de la ventana de la camioneta, sin ver realmente nada, sumergido completamente
en sus pensamientos. Desde la noche en que le contó su vida a Daniel, había
pasado ya una semana, y las cosas se sentían tan surrealistas. Al grado que
pensaba, seria y definitivamente, haber enloquecido. No encontraba otra razón
para todo lo que había, y aún, seguía pasando.
Una
parte de él quería fervientemente creer en las palabras de su pareja, y
convencerse así mismo de que él no era responsable de aquellas todas tragedias.
Pero ¿Cómo hacerlo, cuando toda su vida había escuchado lo contrario? Por más
que lo intentaba, no podía dejar de pensar que era un gato negro que llevaba la
mala suerte a doquiera que iba, y a todo ser que se cruzase en su camino.
Aunque
era verdad que desde esa noche, en que por cierto durmió por primera vez con su
pareja, sólo dormir y nada más, no le había pasado nada a Daniel, ni a ninguno
de los otros lobos de la manada, que habían entrado en contacto con él. Es más,
desde esa noche ahora sin falta, dormían en la misma cama.
Lo
que era una bendición, y una tortura al mismo tiempo para ambos. Si bien
conciliaban mejor el sueño, y en su caso no había vuelto a tener pesadillas, la
gran necesidad de consumar su unión los estaba volviendo locos. No es que Axel
no quisiera emparejarse con su lobo, pero el aún persistente temor de que
Daniel estuviera equivocado sobre él y su maldición, no le dejaba dar el paso
definitivo.
Por
suerte su lobo parecía entenderle y no le había presionado al respecto, eso sin
duda hizo que Axel cayera aún más por Daniel de lo que ya estaba. No solo era
fuerte y apuesto, también era amable, comprensivo y cariñoso. ¿Qué más podía
pedir? Bueno, solo una cosa: estar seguro que su mala suerte le había abandonado
para siempre, y ahora ya podía ser feliz con su pareja.
Suspiro
lánguidamente sin poder evitarlo, lo que enseguida atrajo la atención de los
dos lobos que le acompañaban. Esa era otra de las cosas a las que no terminaba
de acostumbrarse. En el pasado la soledad era su única compañera, y ahora era
realmente raro poder estar solo. Siempre había alguien cerca, y aunque no
siempre fueran visibles, si que les
oía y olía con gran facilidad.
Axel
no podía ponerse de acuerdo, en cómo debía de sentirse. A veces quería poder
estar completamente solo para digerir los nuevos cambios en su vida, y al mismo
tiempo le aterraba la idea de volver a estarlo. Con tantas contradicciones que
parecían estar surgiendo todo el maldito tiempo, solamente abrumándole y
causándole un tremendo dolor de cabeza, se preguntaba si alguna vez llegaría por
fin a un acuerdo dentro de él.
―¿Hay algún problema, Pareja Alfa?
Es Axel, Roy.
Escribió
rápidamente mostrando su respuesta, su voz había mejorado mucho con los
ejercicios que Doc le había hecho hacer, pero según éste todavía debía evitar
hablar. Sus cuerdas vocales no estaban completamente curadas, y forzarlas en
esos momentos críticos podía ser muy perjudicial, dejándole daños permanentes. Así
que todavía debía llevar siempre consigo, una pequeña libreta y una pluma.
―Lo siento Axel… Es difícil
acostumbrarse a no referirnos a ti, por el apelativo honorifico, correspondiente
a la posición que ostentas dentro de la manada. ―Como siempre Roy, respondió risueñamente. Lo
que fue seguido inmediatamente, por el seco gruñido de parte de Bram. Eso sólo
hizo que Roy pusieran los ojos en blanco mientras negaba con resignación.
A Axel
no le extraño para nada el comportamiento de esos dos, había estado conociendo
poco a poco a todos los miembros de la manada de su pareja. En parte porque estaba
acostumbrado a captar lo que pudiera de su entorno, al grado de que se había
vuelto algo tan natural en él como lo era el respirar, así que les observaba
desmenuzando hasta el más mínimo de sus movimientos.
Por
otro lado, Daniel parecía empeñado en hablarle
y mantenerle informado, de lo acontecido día a día con la manada, así como con cada
uno de los demás lobos. Y además éstos parecían afanados en permanecer a su
alrededor, tratando de integrarlo en la dinámica familiar.
Hace
tres días oficialmente Axel había sido presentado a todos como compañero del
Alfa, aun cuando no se había acoplado realmente, cosa que no parecía incomodar
a nadie. Al contrario lo aceptaron tranquilamente, como si apoyaran la decisión
de ambos de posponer su reclamo, debido a las circunstancias.
Tal
había sido la aceptación que habían terminado rentando el comedor del hotel, para
llevar a cabo un pequeño banquete en que todos los felicitaron con sinceras
sonrisas. Axel agradecía que únicamente María fuera la que le hubiera felicitado,
dándole un gran abrazado. Con excepción del toque de Daniel, él no se sentía
cómodo con el contacto de las demás personas, y no sabía cómo hubiera
reaccionado a más gente queriendo abrazarle.
Ahora
él era capaz de presumir, que prácticamente lo sabía todo de la manada. En
total esta se componía de catorce lobos, quince contando a Daniel. El Beta era
el lobo de mayor edad en el grupo, con casi trescientos años vividos, y que
aparentaba estar cerca de los cuarenta. De nombre Pedro, apodado por todos como
Coronel.
Axel
se había sorprendido que un lobo con tanta experiencia y fuerza se sometiera a
alguien mucho más joven, como lo era su pareja que actualmente tenía noventa
años, y que no aparentaba más de veinticinco. Muy joven entre los estándares de
los cambiaformas, pero aún mucho mayor que el propio Axel que sólo tenía veintidós
años, y su apariencia no distaba mucho de ser la acorde a su verdadera edad.
La
respuesta llego casi por sí sola, al ver la interacción del grupo. Daniel era
un líder nato, fuerte, calculador y comprensivo. Su pareja le comento que desde
cachorro, cuando apenas tenía dieciséis años, comenzó su entrenamiento para ser
el heredero del Alfa de la manada. Axel aprendió que al contrario de sus
homónimos animales, los cambiaformas de lobos que ostentaban el cargo de Alfas,
raramente se reproducían, esto debido a la espera de sus compañeros
predestinados. Algunos Alfas inclusive renunciaban a su puesto para poder
emprender la búsqueda.
Otros
muchos Alfas, al no encontrar a sus parejas, tomaban un compañero o compañera
sustituta. Ya sea para no tener que soportar la soledad a lo largo de los
muchos años que vivían, o bien para poder procrear y preservar sus líneas de
sangre. Sin embargo ser hijo o hija de
un Alfa, no aseguraba para nada que lograran ocupar en un futuro, esa misma
posición dentro de la manada.
Este
era un cargo que no se obtenía por herencia, sino que se ganaba a pulso. Daniel
le había explicado, que hace miles de años, en las manadas de cambiaformas
lobos, se había establecido un sistema selectivo que aún perduraba en estos
tiempos.
El Alfa,
con descendencia o sin ella, debía elegir de entre la manada por lo menos a un
futuro sucesor que entrenaría personalmente, fuera pariente de sangre o alguien
totalmente ajeno a él. Si dentro de la manada no encontraba algún candidato que
cubriera todas sus expectativas, podía viajar a otras manadas en busca del lobo
adecuado y transferirlo a su propia manada. Esto claro, con la previa
autorización del Alfa local, y de sus tutores si el lobo elegido era aún menor
de edad, lo cual era bastante común. Al parecer era más fácil entrenar a un
cachorro que a un lobo adulto.
Pero
incluso esto no aseguraba que el elegido por el Alfa, realmente se ocupara
dicho cargo una vez llegado el momento. Todavía éste debía superar la prueba el
día de la sucesión, en un ritual de batalla que se llevaba a cabo. Una práctica
casi idéntica a un desafío por el liderazgo, la diferencia rescindía en que en
un desafío sólo podía haber dos rivales, el Alfa y quien lo desafiaba, con un
lapso mínimo de cuarenta y ocho horas entre cada desafío, de haber más
de un oponente luchando por el puesto.
Pero
en el día del rito de sucesión, la cantidad de contrincantes era ilimitada. Cualquiera
que creían tener lo suficiente para convertirse en el próximo líder, debía enfrentarse
en una lucha de todos contra todos al mismo tiempo. Raramente este tipo de
batallas llegaban a peleas a muertes, eso era más común en los desafíos.
Aquí
todo se reducía más al aspecto de cuanta resistencia se tenía, para llevar a
cabo una lucha prolongada, pero sobre todo se basaba en una batalla
psicológica, como sucedía en la naturaleza con los lobos reales. El ganador era
proclamado Alfa, y los perdedores tenían dos opciones: quedarse y someterse al
nuevo Alfa, e irse para buscar otra manada o formar una propia.
Poco
tiempo después de que Daniel le mencionara todo eso, Coronel le conto a Axel, acerca
del desempeño de Daniel en el ritual de batalla. Se la había narrado de forma
tan clara y detallada, que Axel podría jurar que estuvo allí en ese momento.
Coronel
señaló que debido a la corta edad de
Daniel, que en ese entonces solo tenía cincuenta y tres años, casi la mitad de
la manada había entrado a la lucha por la posición de Alfa. Un total de treinta
y ocho hombres y mujeres que inmediatamente se aliaron, para derrotar primero a
Daniel y luego pelear entre ellos. Pero el entrenamiento recibido y los genes
de lobo Ártico, claramente presentes en Daniel, le dieron una indiscutible
ventaja sobre sus demás rivales.
No
solo su lobo era un poco más grande que cualquiera en la manada, sino que
además como cualquier otro lobo Ártico, se caracteriza por tener una piel más
gruesa, y doble capa de pelaje que le otorgaba una mayor protección contra los
elementos y los ataques. Su cuerpo también era más fuerte, resistente,
aerodinámico y con una mayor y eficaz reserva de grasa que se convertía en
energía. Todo eso aunado con los conocimientos y habilidades adquiridas durante
años, hizo que ninguno de sus contrincantes tuviera oportunidad alguna contra
él.
La
batalla había durado cerca de dos días completos sin tregua ni descanso. Uno
tras otro, los participantes se habían ido rindiendo, conforme las horas
pasaban. Finalmente sólo Daniel quedo en pie, mostrando claros signos de
cansancio pero permaneciendo orgullosamente erguido, mientras que su último
rival caía totalmente agotado, para no despertar sino hasta tres días después
del duelo.
Al
oír esto último, Axel sintió como su pecho se hinchaba de orgullo por su
pareja. Pedro le dijo también que él no había participado en el desafío,
realmente no le interesaba el puesto. Él era feliz con sólo ocuparse de su
pequeña familia, y ayudar al resto de la manada. Era estricto y mandón, no lo
podía negar, pero dar algunas órdenes y ser enteramente responsable de toda una
manada a tiempo completo, eran dos cosas totalmente diferentes.
Aunque
cuando Daniel le pidió ser su Beta, no dudo en decirle que sería un honor para
él. Consideraba a Daniel como otro de sus hijos, prácticamente se crió con María
y él cuando llego a la manada. Así que estar a su lado para apoyarle, brindarle
consejos desde un punto de vista diferente, y ofrecerle la sabiduría aprendida
a lo largo de sus muchos años vividos, era algo que hacía con gusto incluso
antes de que el muchacho se convirtiera en su Alfa.
María
era otro miembro de la manada, que descolocaba profundamente a Axel. La mujer lobo
podía hacerle temblar de miedo un instante, y al siguiente hacer que quisiera
acurrucarse sobre su regazo para sentirse protegido. Era una loba dulce, pero
tan estricta y mandona como su marido, corrección, peor que su marido. Axel
había visto como hasta el Coronel temblaba cuando ella dirigía hacia él su mirada especial, como María la
nombraba.
Daniel
era el único que parecía inmune a su cólera, no obstante temía un infierno a
sus monumentales sermones, sobre descuidar su salud u algún otro tema que ella
creía importante. Por eso Daniel evitaba lo más que podía, hacer cualquier cosa
que le diera algún motivo a la loba para que llevara a cabo dichas reprimendas,
que podían durar horas en el mejor de los casos. Su lobo le comentó, que en una
ocasión uno de esos sermones había durado una semana completa. Axel pensaba que
exageraba, pero no podía asegurar lo contrario hasta que la conociera un poco
más.
Dana
y Carlos los mellizos, hijos menores del matrimonio, eran para Axel una fuente inagotable
de entretenimiento, al ver como ambos ponían a la mayoría de los otros lobos a
caminar de puntitas a su alrededor. Dana, la mayor, por unos diez minutos de
ventaja, podía llegar a infundir mucho miedo y ser bastante agresiva cuando se
enojaba, y lo peor es que tenía la paciencia del tamaño de una pulga.
Mientras
que Carlos, de alguna manera era más complaciente pero con temperamento fuerte
y una mente maquiavélica, digna de las mentes más perversas de la historia.
Daniel le había comentado que estaba seguro, al igual que todos en la manada,
de que Carlos en varias ocasiones había sido responsable de algunas bromas
pesadas realizadas por venganza en el pasado, pero como nunca nadie pudo reunir
pruebas para comprobarlo, siempre había
salido indemne todas esas veces.
Además,
estaba el hecho de que los dos hermanos parecían nunca poder ponerse de acuerdo
en absolutamente nada. Por ejemplo, si uno decía que sí, el otro exactamente al
mismo tiempo decía que no, lo que inmediatamente llevaba a horas y horas de
discusión hasta que alguien intervenía tomando una decisión por ellos, zanjando
así el tema.
La
mayoría de las veces, el encargado de callarlos a ambos era Marcos, al que todo
mundo llamaba Marc. Hermano mayor y primogénito del matrimonio, era uno de los
ejecutores de la manada. Un lobo muy centrado y amable, en apariencia y
carácter era una combinación perfecta entre sus dos padres, letal y dulce a la
vez. Compartía el cargo con otros cuatro miembros de la manada, dos de los
cuales eran más o menos de su misma edad, unos años más, unos años menos.
Zacarías
mejor conocido como Zac, era un bromista sin remedio, que la mayoría de las
veces mostraba un humor acido, pesado y sarcástico. Y Edgar o Ed, consolidado
como todo un casanova, que se lanzaba prácticamente a todo lo que tenía un culo
y que no perteneciera a la manada. A pesar de ello, Axel reconocía que fuera de
eso, era una persona muy centrada y eficiente en su trabajo.
Los dos ejecutores restantes eran los mayores
del equipo, solo unos años menores que Daniel. Rodrigo a quien le gustaba que
le dijeran Roy, era alegre y relajado por naturaleza, pero igual de letal que
los demás. Siempre era el que trataba de poner paz o resolver discusiones entre
los cinco, solamente parecía perder los nervios con Bram, el quinto y último
ejecutor. Su nombre verdadero Braulio. Su apodo, según le dijeron, le fue
otorgado por Roy quien le conoce y convivió con él desde sus días en la
guardería, y desde entonces le decía que parecía que en lugar de hablar brama.
Axel
había visto que Bram era el más gruñón, temperamental y mordaz de toda la
manada entera. Según los demás, Bram nunca sonreía, siempre con el ceño
eternamente fruncido y una mueca de te morderé si te me acercas, tatuada en su
rostro. Tampoco da alguna palabra de ánimo o muestra su preocupación por
alguien. Axel se había dado cuenta de que extrañamente, Bram se comporta
inusualmente tolerante, y hasta se podría decir que era amable con él. No es
que hablara mucho con él, pero algo en su comportamiento le hacía sentirse en
cierta forma aceptado y protegido, tal vez se debía que era la pareja de su Alfa.
Roy
y Bram siempre iban juntos a cualquier misión asignada, aunque constantemente estuvieran
discutiendo, o el silencio entre ellos fuera pesado y denso. Según la
observación de Axel, Roy era el único, aparte de Daniel y Coronel, que era
capaz de enfrentar y calmar a Bram cuando su mal carácter creció a niveles
insospechados. Momentos en los cuales, éste solía arremeter contra de todo ser viviente,
que desafortunadamente se le acercarse. Nuevamente había sido extraño para
Axel, que a pesar de haber estado cerca en dos de esas ocasiones, él se había
salvado de que Bram le agrediera como lo hizo con los demás.
Luego
están los cuatro centinelas que forman una gran unidad de vigilancia. Isaac,
Bárbara, Alan y Diego, apodados por Zac como los cuatro fantásticos, y con
mucha razón debía de reconocer. Según pudo ver Axel, Isaac era un lobo tan
elástico y flexible que podía competir con los felinos, lo que lo hacía ideal
para cubrir zonas que eran de difícil acceso y comodidad, adoptando posiciones
prácticamente imposibles para encajar en algún punto de mira. Bárbara podía decirse
que era capaz de mimetizarse con el ambiente que la rodeaba, hasta el punto hacerse
invisible. Si no fuera por los muy
sensibles y desarrollados sentidos de Alex, la hubiera pasado varias veces sin
ser consciente de su presencia cerca de él.
Por
otro lado Alan era una mole de hombre, Axel no entendía porque no era un
ejecutor en vez de un centinela. Suponía que se debía al don especial con el que algunos lobos nacían, y del que Daniel le
había hablado. Pues a pesar de su gran tamaño y masa muscular, era el más
silencioso de los cuatro para desplazarse de un lugar a otro. Luego estaba Diego,
toda una mecha que se encendía, casi literalmente y de manera muy rápida.
Siempre era fácil de molestar por lo que varios de la manada, en especial Zac, tendían
a gastarle bromas haciendo que su cara combinara con su rojo cabello, y su mal
genio se prendieran arremetiendo de inmediato.
Y
por último pero no menos importante, porque para Axel su importancia era tan
esencial como un Alfa o un Beta, estaba Dorian. Mejor conocido por todos como
Doc, el lobo sanador de la manada. Era el más tranquilo de todos, incluso más
que la serena María. Su trato era suave y reconfortante. En todo el tiempo, que
si bien era poco, en el que Axel había convivido con ellos, nunca lo había
visto enojarse o caer en alguna provocación.
Únicamente
una vez le había visto fruncir momentáneamente el ceño, y fue cuando le
reprendió con suavidad, por haber huido cuando todavía no estaba completamente
curado. Sólo para justo después decirle, que cuando se recuperara al cien podía
escapar si quería. Aunque de inmediato y con una gran sonrisa en el rostro, le advirtió
que de todas maneras no le serviría de nada, pues Daniel no le dejaría
abandonarle así como así. Por lo que mejor le valía resignarse de una vez por
todas, y disfrutara sin complicaciones o dramas de su emparejamiento.
Si
tan solo el buen doctor supiera del dilema y angustia de Axel, sobre su oscuro pasado,
estaba seguro que el consejo sería diferente. Así que en resumen, según el
punto de vista de Axel, a pesar de las
diferencias todos los lobos parecían
tener algo común: estaban total y completamente locos por no alejarse de él
como si fuera la peste.
Dijera
lo que dijera su lobo, Axel aún sentía que las cosas no irían bien por mucho más
tiempo. Generalmente cuando él había permanecido largos lapsos de tiempo en un
sólo lugar sin moverse, comenzaban a ocurrir varias desgracias a su alrededor, razón
por la que en su antiguo refugio trataba de pasar el menor tiempo posible, e
incluso si podía dormía en otro sitio. Y algo dentro de él le decía que esta ocasión
no sería la excepción, sentía que muy pronto las cosas iban a comenzar a
ponerse muy mal, y temía por los que en tan poco tiempo habían llegado a
significar mucho para él.
Nunca
había sentido que perteneciera a ningún lugar, y ahora que por primera vez
creía saber lo que era tener un hogar, le dolía pensar que todo desapareciera consumido
por las negras llamas de su infortunio. Sólo podía rezar con todo su corazón, porque
sus presentimientos no fueran a cumplirse, y que el tiempo le mostrara que Daniel
siempre había tenido la razón.
Y bien ¿qué les pareció, sigue siendo interesante o ya les aburrio?... No duden en dejar sus comentarios para saberlo.
Por cierto, antes de despedirme debo de aclarar algo, muchos se preguntaran porque Axel no menciona nada del incendio ocurrido, no se preocupen no se me olvido que eso ya había pasado, y la respuesta la tendrán en el siguiente capítulo, así que no se lo pierdan.
Ahora sí, por el momento eso es todo, me despido por el momento, pero pronto regresare con más de mis locuras, espérenlas q(^o^)p...
Por cierto, antes de despedirme debo de aclarar algo, muchos se preguntaran porque Axel no menciona nada del incendio ocurrido, no se preocupen no se me olvido que eso ya había pasado, y la respuesta la tendrán en el siguiente capítulo, así que no se lo pierdan.
Ahora sí, por el momento eso es todo, me despido por el momento, pero pronto regresare con más de mis locuras, espérenlas q(^o^)p...
Me encato el capitulo, soy una fan de esta divertida historia, todo el dia estuve al pendiente de el cap.
ResponderEliminarme encanto por que pudimos saber de todos los de la manada y ahora cuando hablas de alguno de ellos sabresmos de quie se trata gracias
ResponderEliminarYo creo que todo lleva su tiempo y como tu lo planteas axel debe pasar por toda la recuperación, primordialmente de su desnutrición. A mi en lo personal me gustaría que poco a poco se vea la mejora en vez de un jalón ajaja bueno s lo que pienso :P
ResponderEliminarPero bueno, muchas gracias por este nuevo capitulo, el suerte es de suerte sin duda jajajja
Un capitulo muy instructivo, me gusto mucho, ahora donde están viviendo?
ResponderEliminarGracias por el nuevo capitulo estoy deseando leer el siguiente
ResponderEliminarque lindo!!!! me encanta la manada, que triste que axel se menosprecie tanto.
ResponderEliminarMe encanta tu historia lady Dragón: acabo de terminarla de leer y la ame,
ResponderEliminarme parece muy acertado tu comentario sobre el habla de axel,es cierto que es una ficción pero creo que también debe tener un toque de realidad y lo que tiene que ver con salud es que este siempre tiene un periodo de recuperación que varia de acuerdo al problema,
la descripción que hace axel de su nueva familia me encanto por 2 razones : la 1 me permito conocer un poco mas sobre los miembros de la manada y en 2 lugar me permitió conocer un aspecto mas de la personalidad de axel,su capacidad de observación y forma de calibrar a una persona,me parece que sera un aporte muy bueno como pareja del alfa,al ser una persona mas bien observado una ves teniendo confianza en si mismo podrá advertir sobre los peligros e intenciones que tengan las personas y situaciones a la que se enfrente la manada,porque cada miembro tiene su lugar y ocupación en la manada y axel debe también tener su lugar y sentir que aporta algo,
me gusto que no le apresuraras con el hecho que tengan relaciones,normalmente lo hacen tener sexo en seguida y luego se enamora y ya...
cuando personalmente creo que el amor verdadero lleva tiempo y se basa en conocerse dándole tiempo a que cresca el amor y la confianza en la pareja.
pienso que al apegarse en aspectos de la realidad no va hacer que sea una historia corta,pero personalmente me encanta porque aspectos como la autoestima ,su problema del habla y la desnutrición no es un problema fácil de resolver en la vida real
espero con ansias el próximo capi,
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, Lady Dragón. Uffffff me encanto el capitulo, esta muy bueno y nada de aburrido.
ResponderEliminarAl contrario esta muy interesante.
Muchas gracias por compartir, besossssssssssssss.
Pienso que tienes toda la razón en darle un tiempo a Axel para recuperación y no sólo físicamente sino también en su autoestima (que por cierto no tiene mucha ), ya que creo que es muy cierto el que primero te tengas que aceptar y valorar a ti mismo antes que lo hagan los demás. Gracias por continuar regalandonos tu hermoso trabajo. Un gran abrazo.
ResponderEliminarAhora si se coomo es cada intregrante y no me voy a estar preguntando quien es quíen y esta buenisimo el Cap y como siempre a esperar todo un largo dia para el otro Cap pero. Se que va a valer cada minuto de espera.
ResponderEliminarHola, Lady :D
ResponderEliminarno he podido leer los capis, pero en lo personal me gustaría que se recupere de los daños mas importantes como la desnutrición, leí un comentario donde dice que todavía no tienen relaciones, coincido con ilevo schmit, conforme se vaya recurando físicamente también vaya creciendo el amor entre ellos y eso no quiere decir que haya sexo de por medio, muchas gracias Lady, estoy ansiosa por leer la historia completa, besosss
Gracias por otro magnifico capitulo. Muero de ganas por leer el siguiente. Estoy de acuerdo con los comentarios anteriores.
ResponderEliminarBesos y Abrazos
hola lady, gracias por otro capitulo, me agrada la idea de que Axel se vaya recupando de a poco, aunque no hay que olvidar que es un cambiaformas y sana mas rápido que una persona humana, te digo esto para no alargar tanto su recuperación...me gusta mucho que vaya teniendo diálogos con Daniel y se vayan conociendo y como dicen todos vaya adquiriendo autoestima y confianza, me encanto la descripción de los miembros de la manada asi los vamos conociendo, nos vemos mañana para otro capitulo, besos
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