lunes, 27 de enero de 2014

Quinto Día, Quinto Capítulo q(>o<)p





Enlaces Anteriores



Hola a tod@s, aquí está el nuevo capítulo,  hoy no me explayaré porque está comenzando a llover, y eso se resumen a que la señal del internet se ira , por lo que estoy subiendo esto rápidamente, antes de que eso pase. Así que sin más, disfruten de su lectura q(^o^)p...








CAPÍTULO 5

Estaba tan cansado, que había perdido la noción de cuánto tiempo llevaba corriendo, para él parecía que lo había hecho por una eternidad, pero aun así no se dio el lujo de detenerse a descansar. Tenía que poner la mayor cantidad de distancia entre él y su pareja.

Una parte de él aun se rehusaba a creer que aquella barbaridad fuera cierta, y la otra sabía que la afirmación del lobo sobre lo de ser compañeros era totalmente correcta. Sobre todo porque su gato parecía estarle arañando las entrañas en forma de protesta por la separación. Era un dolor tan agudo, que sentía que en cualquier momento, se le abriría un enorme agujero en el estomago y en el pecho.

Sorpresivamente un intenso dolor, que nada tenía que ver con el que provocaba su felino interior, se apodero de sus manos y rodillas cuando cayó al tropezarse con sabe Dios qué cosa. Una simple caída no sería tan mala, sino fuera porque iba a gran velocidad, lo que provocó que esta fuera más dura de lo normal, abriendo con ello heridas un poco profundas, gracias a la fricción y lo pedregoso de la calle.

<<¡Rayos! Lo que me faltaba. Con esto, todos mis esfuerzos habrán sido en vano>>

Rápidamente comenzó a lamer las palmas de sus manos tratando de deshacerse de la sangre que emanaban de ellas, al tiempo de que limpiaba la tierra, y retiraba los pequeños trozos de piedra incrustados de las heridas. Tal vez no era la opción más higiénica, pero era la única que tenía, y a la que siempre recurría por falta de otro tipo de recursos.

De por sí los alimento eran algo difíciles de obtener, por lo que todo lo demás era un lujo que muchas veces le era imposible de conseguir. La parte buena del asunto es que su saliva, aún estando en forma humana, parecía tener las propiedades curativas y desinfectantes que poseía en su forma animal.

Aunque eso no era lo importante en este caso, sólo debía concentrarse en borrar cualquier rastro de sangre, porque esta delataría su posición. Había trabajado muy duro, utilizando cada truco aprendido durante su vida en las calles, de cómo despistar al enemigo. Para que ahora su estúpida suerte interviniera y echará todo a perder con este imprevisto.

Todos los cambiaformas sabían que la sangre es algo que no se puede ocultar totalmente, especialmente para los predadores, que era llamado hacia ella como los insectos hacia la luz. Así que debía actuar rápidamente, si lograba minimizar la cantidad de sangre, quizás tendría todavía oportunidad de huir. Después de todo, estaba muy seguro de no haber dejado ningún rastro, antes de su caída.

Una vez que termino de limpiar sus manos procedió con sus rodillas. Había sido siempre una gran ventaja el que fuera tan flexible. Lástima que sus nuevos pantalones ahora estaban arruinados, una verdadera pena, ya que nunca había tenido ropa tan bonita y le hubiera gustado poder conservarla en buen estado por mucho más tiempo.

Todavía sentía un aguijonazo de culpabilidad por haber tenido que llevarse la ropa y los tenis, por los cuales no había dado ni un solo centavo, haciendo que se sintiera como un vulgar ladrón. De haber podido Axel los hubiera dejado, pero por más que busco cuando se quedaba a solas en su cuarto, no encontró la ropa ni el calzado con los que había llegado. E ir desnudo no era una opción.

Sí, podía trasmutar en gato, y entonces no necesitaría cosas tan triviales, pero podían pasar meses e incluso años antes de poder reunir nuevas prendas. Y la verdad no le gustaba permanecer prolongados periodos de tiempo en su forma animal, de cierta manera sentía que eso atraía más a su mala suerte. Suspirando con pesar, lentamente se levanto sin poder evitar sisear de dolor, cuando la piel abierta se reacomodo a la nueva posición que había adaptado, y esto se repetía con cada movimiento nuevo que hacía.

Recordó como, durante los dos días anteriores, había comido lo más que pudo para recuperar fuerzas y así poder huir. Lo que en varias ocasiones había hecho que sufriera de un muy molesto dolor en el estomago, al haber ingerido demasiados alimentos tan deprisa. Pero había sido algo que se esforzó en hacer, para poder tener una oportunidad de éxito en su plan de fuga.

Aun así, con toda esa comida y descanso que pudo tomar, no había sido suficiente para que él se hubiera recuperado al cien por ciento, y encima todavía sanar nuevas heridas rápidamente. Por lo que tenía que conseguir, y pronto, un lugar seguro para refugiarse, en lo que su cuerpo lograba curarse lo necesario para seguir con su escape.

Al menos había caído en un callejón vacio, o además de dolor también hubiera tenido que pasar por el ridículo y la vergüenza, si alguien le hubiese visto caerse. Tambaleándose se acerco a la pared cercana, y apoyándose sólo con la punta de los dedos de las manos, se estabilizo para poder seguir adelante.

Estaba seguro que Daniel le buscaría, el porqué, era algo que se escapaba de su mente. ¿Quién en su sano juicio querría tener a un gato negro a su lado? Nadie. Era simplemente ilógico pensar lo contrario, no creía que ni un loco o un masoquista desearan tenerle cerca. Pero ese elegante e increíble lobo lo hacía, y parecía no entender todas las directas e indirectas, que le había dado para que se alejara de él.

Sacudió la cabeza ante los incomprensibles pensamientos, de que su pareja viniera a por él. Centrándose de nuevo en el asunto de su huida, estudio su alrededor, vio que más adelante se encontraba  un recodo en el que parecía abundar la basura. Eso era justo lo que necesitaba, entre más desperdicios hubiera sería mejor. El olor a putrefacción, humedad y suciedad podría ocultar su aroma si se revolcaba lo suficiente, y permanecía oculto entre ella.

Claro que de solo pensar en ensuciarse de esa manera, le provocaban escalofríos de repulsión. A parte de provocarle una punzada de dolor en su pecho, o más específicamente en su corazón, porque le hacía recordar la noche en que choco con su pareja. ¿Pero qué más opción tenía? Suspirando con resignación, camino lentamente hacia su futuro escondite.

Nunca logro su objetivo, antes de tan siquiera dar tres pasos más,  alguien le agarró el hombro por detrás girándolo para que se volteara. Reaccionando por instinto y sin pensar en las consecuencias que le traerían si su asaltante resultara ser un humano, extendió su mano con garras y siseando furioso mostrando los dientes, rasgando el pecho de su agresor.

Cuando levanto su  felina mirada hacia el culpable, se congelo de inmediato. Frente a él estaba su pareja, mirándolo incrédulo y con el ceño fruncido.

<<¡Esto no puede ser!... ¡¡¿¿Cómo rayos me encontró tan rápido??!!>>


Daniel no podía más que ver fijamente a su pareja. ¿Cómo rayos había hecho Axel para estar nuevamente herido, en menos de media hora?. Al menos parecían ser lesiones menores, aunque eso no significaba que él no se preocupara de igual manera.

También le había sorprendió lo rápida que resulto ser su pareja. Teniendo en cuenta que estaba en su forma humana, en un corto periodo de tiempo había logrado llegar prácticamente al otro extremo de la ciudad, yendo  totalmente a pie.

Ahora más que nunca se alegraba de ser tan buen rastreador, una vez más cortesía de los genes de su madre. Los lobos Árticos tendían a desarrollar todos sus sentidos más que cualquier otro lobo, era la única forma de lograr sobrevivir en un ambiente tan hostil y duro, donde la comida no abundaba como en los territorios de sus otros congéneres.

Además tenía la ventaja de que el olor de Axel, estaba tan fuertemente grabado en él, por ser su pareja. Gracias a ello no tuvo dificultad para seguir tan fácilmente su rastro, aunque por momentos este se había convertido en prácticamente inexistente. Razón por la cual ni su Beta, centinelas o ejecutores, habían podido dar con la localización de su minino.

Eso decía mucho de Axel, al parecer llevaba más tiempo escapando del que en un principio todos creían, aunado a eso había una cosa que le causaba gran inquietud. Si bien entendía que Axel se hubiera asustado y atacado, por la forma en que sorpresivamente le agarro. No se explicaba el porqué, ahora que le había reconocido, se  tensara de la manera en que lo estaba haciendo.

Definitivamente no sabía cómo tomar esa reacción. Daniel era consciente, de que las posibilidades de que saltara de alegría al verlo era minúsculas, pero había creído que al menos si él le encontraba antes que cualquiera de sus hombres, su pareja reaccionaria mejor. Sin embargo parecía ser todo lo contrario.

Entonces todo empeoro cuando Axel comenzó a sacudirse frenéticamente, tratando de salir de sus brazos. El olor a miedo manaba  en grandes oleadas de él. Aquello fue sin duda alguna, una puñalada directa al corazón de Daniel.

¿Me temes tanto porque soy un lobo, Axel? 

Se odio a sí mismo, al percibir que su voz había salido quebrada por el dolor que sentía, pero Daniel estaba tan desgarrado por el claro rechazo de Axel, que poco podía hacer para lograr controlarse.
No queriendo obligar a su pareja a permanecer a su lado, cuando visiblemente  no le quería, decidió soltarle. Pero antes de que hiciera precisamente eso, sintió y vio como repentinamente Axel movía frenéticamente la cabeza en claro signo de negación.  Si no le temía a él entonces  ¿a qué?

Por favor Axel, dime lo que está mal y lo resolveré, Fue  justo en ese momento que Daniel tuvo una revelación, sobre lo que posiblemente desagradara a su pareja ¿Acaso huiste porque sentías que estabas preso en nuestro hogar? Te puedo asegurar que no eres un prisionero o estás encerrado. En tu condición actual no es conveniente que salgas aún, pero te aseguro que cuando estés totalmente curado podrás entrar y salir como se te plazca, tienes mi palabra Axel.


Axel no podía entender ni la mitad de lo que el lobo le dijo. ¡¿Sentirse encerrado?!. Bueno, era cierto que nunca había estado tanto tiempo descansando bajo el techo en una habitación. La constante necesidad de conseguir alimento, sus raras y escasas pertenencias, y el hecho de que podría contaminar el lugar con su suerte, no le permitían hacerlo.

Pero definitivamente en esos dos días, no se había sentido claustrofóbico, raro tal vez, aunque nada malo realmente. Además era como si Daniel no fuera consciente del verdadero problema.

<<Un momento, ¿puede que él realmente no lo sepa?... Es poco probable pero…>>

 Gao nelo ―Axel se maldijo interiormente por tan mala pronunciación, pero no podía hacer nada, su voz todavía no regresaba por completo. Aun así continuo tratando de que el lobo le entendiera―. Gaadoo neegoo.

¿Gato Negro?, ¿Es lo que tratas de decir? Axel asintió entusiasmadamente, Daniel se vio más confundió―. No entiendo ¿Qué tiene que ver eso en este asunto?... Soy consciente de que tú eres un cambiaformas de gato, y yo soy de lobo. Puede que se diga que somos enemigos naturales, pero sé que hay emparejamientos aun más extraños que el nuestro, créeme.

Axel quería seriamente golpear su cabeza contra pecho de su pareja, que sería casi como golpearse contra una pared, de la pura frustración que sentía. En lugar de llevar a cabo su deseo, intento de nuevo que Daniel se diera cuenta de la grave situación en la que se estaba poniendo, tanto él mismo como a su propia manada.

Gado nego de mala suelde

¿Gato negro de mala suerte?

iiiooo maaalaaa suuueeeldeee acentúo Axel señalándose, y asintiendo feliz de que su lobo finalmente entendiera. Quizás ahora sí le dejaría irse contento de poder deshacerse de él, incluso hasta podría ayudarle a dejar la ciudad lo más rápido posible.

­Sabes que esas son sólo estúpidas supersticiones ¿verdad?...  Yo no creo en nada de eso.

Daniel sonreía encantadoramente, mientras que Axel sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor, estaba en un gran problema. Tal parecía que su pareja carecía de sentido de auto preservación, pero no podía ceder y rendirse justo ahora. Se había jurado a sí mismo, que él no provocaría otra muerte nunca más.
Los fantasmas de aquellos que habían muerto, por el simple hecho de que tuvieron la desgracia de entrar en contacto con él, todavía le acechaban durante sus sueños. La mayoría de sus noches estaban plagadas de pesadillas, donde él podía ver claramente las caras entre humanas y deformes, que con sus flemáticos ojos carentes de vida alguna, le acusaban en silencio de su infortunio.

Lo peor es que entre ellos había de todo, incluso niños. En algunos días, inclusive despierto, podía sentirlos sobre él cubriéndole. Si alguien pidiera que le describiera la sensación, diría que era como si pusieran sobre sus hombros el manto de la muerte. Tan pesado y frío que le helaba la sangre.

Terror puro era lo que se apoderaba de él, al sentir decenas de frías y esqueléticas manos por todo el cuerpo. Brindándole caricias fantasmales, como si se burlaran de él en un juego macabro. Luego un aliento espectral comenzaba a susurrar palabras inescrutables en sus oídos, erizándole aun más la piel.

Cuando aquello ocurría, siempre terminaba sintiéndose tan roto. Llorando en silencio, acurrucándose en posición fetal, en un débil intento de protegerse. Implorando un perdón que sabía no se merecía. Es más, creía firmemente que aquella manera de torturarlo, era un merecido castigo por ser el causante directo de tan horribles tragedias, que habían segado vidas inocentes.  

Y él no podía agregar un fantasma más en sus hombros, mucho menos el de su pareja. Su cansado corazón no podría soportarlo, y estaba seguro que su mente tampoco, después de eso estaría perdido por completo para siempre.

¿Pero cómo hacer que su pareja lo entendiera, cuando parecía no querer ver el grado de peligro en el que se estaba poniendo? ¿Será que los lobos tenían un sentido de auto-preservación prácticamente nulo, muy diferente al de los felinos?  

Desesperado Axel trató de alejarse nuevamente. Araño y mordió, mientras lágrimas caían sin control de sus ojos, más el agarre que le mantenía preso no disminuyo. Cansado física y emocionalmente se rindió, recostándose en el pecho de su pareja lloró todo el dolor y miedo que sentía.

Era frustrante mostrar aquella debilidad a su lobo. Él había tenido que ser muy fuerte para lograr sobrevivir hasta ahora, y desde que el destino le había reunido con su pareja se sentía tan débil e indefenso, que irremediablemente le hacía sentirse furioso. Y no sabía exactamente con quién o con qué.

Nada de eso importo, cuando sintió como suavemente era acunado en esos fuertes y reconfortantes brazos. Todo pensamiento o emoción quedo en el olvido. Solo por ese instante todo se desvaneció, como si estuviera protegido dentro de un capullo, donde no el sufrimiento y el dolor no podían alcanzarle. Y Ahí, en medio de aquel solitario callejón, sin darse cuenta, cayó dormido por el agotamiento de su cuerpo y de su alma.


Una vez que Axel había sido encontrado, él le ordeno a Bárbara que pusiera al corriente a los equipos de búsqueda, para que se reagruparan con ellos. De tal manera que los diez miembros de la manada que había participado en el rastreo, junto con su pareja y él, se encontraban ahora repartidos en las tres camionetas que poseía la manada, una negra y dos rojas, que ofrecían una movilización rápida y segura, dentro y fuera de su actual territorio.

Aun así, el corazón de Daniel se sentía abatido, al mirar a su dormida pareja sobre el asiento junto a él. Hubiera querido tenerlo sobre su regazo para acunarle y mantenerle a salvo, pero en un coche en movimiento eso no era sabio. No importaba si era difícil que ellos murieran en un accidente automovilístico, eso no quería decir que fuera algo que no llegara a suceder, pero sobre todo no significaba que salieran ilesos de ellos.

Y su minino ya había pasado por suficiente, no sólo por ese día, algo dentro de él le decía que lo había hecho la mayor parte de su vida. Si bien era un hecho sabido por todos, que nunca se podía estar cien por ciento seguro de la edad de un cambiaformas. Daniel había visto en esos ojos ámbar una madurez que desmentía el aspecto juvenil de su pareja.

Para él en su experiencia, sólo había dos opciones, o su minino era más grande de lo que aparentaba, o se había visto forzado a crecer antes de tiempo. Desgraciadamente Daniel intuía que la segunda opción era la acertada. Aunque no podía asegurar nada hasta que su pareja, aceptara o desmintiera sus suposiciones.

Si bien llevaba muy poco el tiempo desde que conociera a su pareja, no era excusa para que él no supiera absolutamente nada de su minino, aparte del nombre ¿qué decía eso de él como compañero?. Se sentía tan avergonzado en ese aspecto. Su único consuelo era que su pareja no estaba en condiciones de contestar preguntas, por lo que era natural que desconociera aún muchas cosas.

 Se miró sus descubiertos brazos, que mostraban pequeñas heridas de garras y dientes que ya estaban curándose. No podía ver los de su pecho pues se había cambiado la camisa, con una de las de repuesto que siempre llevaba preparada para emergencias. Estaba convencido que su pareja no le había querido infringir tales heridas, está bien sí que las había querido hacer, pero no para lastimarlo, de eso estaba seguro.

Porque mientras Axel le atacaba había visto en sus ojos aquella desesperación y miedo, que en todo el tiempo en que su mentor le hubiera entrenando y lo que él llevaba como Alfa, sólo había visto en casos muy particulares: donde uno de los miembros de una pareja o de una familia, se enfrentaban a un inmenso peligro u oponente, y estaba tratando de salvar la vida de su ser amado con todo lo que tenían.

Desgraciadamente había sido testigo, que muy pocas veces aquello terminaba en finales felices. En la gran mayoría de los casos, las cosas terminaban en grandes sacrificios que cobraban más de una vida. Así que podría apostar todo lo que tenía, sin perder absolutamente nada, en que algo similar le ocurría a su minino. Daniel se negaba a dejar que su pareja cometiera el error, que muchas otras habían cometido al sacrificarse.

Porque ese tipo de sacrificio distaba mucho de salvar la vida del amado, al contrario, contribuía con terminar de destruirla. Porque o bien, el sobreviviente terminaban consumiéndose lentamente, o moría unas pocas horas después, en pos de ir al encuentro de su compañero o familia. Así que, fuera lo que fuera de lo que Axel estuviera huyendo, y de lo que no quería que él quedara involucrado, a Daniel no le importaba.

Él haría frente, como siempre hacia con todas las cosas que se le ponían en su camino, no por nada era un Alfa. Ahora sólo tenía que convencer a su pareja que él era lo suficientemente fuerte para protegerlo, y al mismo tiempo protegerse. De ese modo Axel no se preocuparía más, y no volvería a tratar de alejarse nuevamente de su lado.

Cuando repentinamente el auto se detuvo, extrañado, Daniel levanto la vista de su pareja.

Creo que hay un problema, Alfa informó Coronel desde su puesto de conductor. Roy me informa que una valla, puesta por agentes de tránsito, nos está cortando el paso. 

<<¡¿Qué rayos habrá ocurrido?!>>

 Era algo raro e inusual que algo sucediese en esa tranquila ciudad. Al menos en el corto periodo que llevaban viviendo en ella, casi nunca pasaba nada extraordinario o significativo.

Hay que rodear entonces.

Corone asintió a lo dicho por su Alfa mientras Ed comunicaba por la radio, integrada a la camioneta, la orden a los demás vehículos. Actualmente ellos viajaban en la camioneta negra que se ubicaba en medio, por lo que tuvieron que esperar a que la roja de atrás se moviera para poder echarse también en reversa.

Habían acabado de hacer el rodeo por calles alternas, cuando se dieron cuenta que allí también había otra valla. Desconcertado, Daniel decidió que lo mejor era investigar directamente de que se trataba todo eso. Marc que iba en la tercera camioneta, que con el cambio ahora era el vehículo que encabeza la marcha, y de la cual él era el copiloto, fue el designado para dicha tarea.

Rápidamente éste se acerco al oficial más cercano para preguntarle. Todos los demás esperaban con paciencia dentro de los vehículos. Unos minutos después Marc camino apresurado hacia la camioneta donde ellos se encontraban, y por su cara no tenía buenas noticias.

Alfa, me han informado que se suscito un incendio en uno de los edificios que hay más adelante. Y por la descripción que me dio el oficial, creo que se trata del nuestro.

Tiene que ser un error Marc, lo más seguro es que se trate de otro edificio. La voz del Coronel era dura pero aun así se podía notar el tinte de preocupación en ella, al igual que en la de Marc, y no era para menos.

Marc era el hijo mayor de Pedro, y uno de los cinco ejecutores de la manada, quien estuvo en la búsqueda. Pero María y los mellizos, Dana y Carlos, también hijos de la pareja y por lo tanto hermanos menores de Marc, se habían quedado en casa, junto al gran amigo de Daniel y Pedro, Doc.

―¡Tenemos que ir y asegurarnos que están bien! ordenó mientras pensaba cual era la mejor manera de proceder, que asegurara el bienestar de su manada.

Teniendo en cuenta que su pareja seguía fuera de combate, en el asiento de al lado, tomó su decisión. Bajo del vehículo e indico a Coronel de que hicieran lo mismo, en cuanto ambos estuvieron fuera de la camioneta, procedió a informarle sobre el curso de acción a seguir.

Pedro elige a tres para que nos acompañen, así nos adelantaremos a pie para averiguar que sucede. Los demás deben acercarse con las camionetas, no sé cómo lo harán pero tienen que conseguirlo.

 Entendido, en seguida haré los arreglos correspondientes.

¡Y Pedro!

¿Sí Alfa?

Asegúrate de dejarles bien claro que ellos estarán a cargo de llevar a la otra mitad de mi alma, y que deben actuar en consecuencia al importante cargo que les estoy dando.

Coronel asintió con solemnidad y se alejó para cumplir con las órdenes dadas. Daniel volteo hacia la camioneta, pero el vidrio polarizado le impidió ver su dormida pareja. Respirando profundo emprendió el camino sabiendo que sería alcanzado pronto.

Era un Alfa y como tal, debía asegurarse que toda su manada estuviera bien y a salvo. Su pareja lo estaba en estos momentos, pero su lobo no estaría tranquilo hasta que el resto de su los suyos también lo estuviera.





Y bien ¿qué les pareció?... Déjenme sus comentarios para saberlo. Agradezco los que hasta hoy me han dado, no tiene ni idea lo feliz que me hacen, y cuanto me motivan a seguir escribiendo. Por el momento me despido, esperen pronto más de mis locuras q(^o^)p...

13 comentarios:

  1. Hola
    me gusto este capitulo me gusta Daniel su caracter su manera de pensar y estoy segura que Axel se va a culpar por el incendio esperando con ansia el capitulo de mañana gracias
    =)

    ResponderEliminar
  2. Coincidencia, aquí tambien esta lloviendo y el internet se va a cada rato jajaja pero lo bueno que alcance a que se cargara esta pagina completa y mejor comento antes de que se vaya de nuevo kufufufu
    Muchas gracias por el nuevo capitulo, me pondre a leerlo ahora mismo ♥ YEAH \(^_^)/

    ResponderEliminar
  3. Gracias por el nuevo capi el pobre minino se va ha culpar seguro esperondo por el capitulo de mañana

    ResponderEliminar
  4. POBRE AXEL,AHORA SE CULPARÁ ,PERO AMO EL CARÁCTER DE DANIEL.
    ESPERANDO EL CAPITULO DE MAÑANA.

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias Lady Dragón por el capi. Había tenido la esperanza de que la supuesta mala suerte que traía Axel sólo fueran coincidencias pero ahora creo que el pobre minino si la lleva consigo. Espero que haya alguna manera en que se deshaga de ella. Besos =)

    ResponderEliminar
  6. Hola, Lady :D
    Muchas gracias por otro capítulo, besosss

    ResponderEliminar
  7. hola!!! me encanta tu novela :), no importa que sea por capitulo ya que los subes muy rápido y eso no cuneta como desventaja.Además, me encanta así como los personajes.

    Por otra parte me disculpo, ya que siempre leo muy puntual tu novela pero jamás dejo un comentario :P, pero en esta ocasión no lo iba a dejar pasar por eso he me aquí disfrutando de cada día un nuevo capitulo de tú novela.
    Espero actualización :9

    ResponderEliminar
  8. Excelente capítulo Lady, gracias. Cada vez me esta gustando más, aunque el pobre minino las trae muy mal, esperemos que su suerte cambie pronto. Un gran abrazo.

    ResponderEliminar
  9. KYAAA>\\\<♥♡♥♡♥♡♥me a encantado amo a estA pareja me he enamorado de esta historia desde el primer capi sigue asi eres realmente genial gracias por tomarte las molestias de escribir

    ResponderEliminar
  10. hola lady...hay nooo!!!! pobre Axel ahora se va a sentir mas culpable con el inciendo!!!! me encanta Daniel....y ahora se las va a ver negra tratando de convencer a su gatito que no trae mala suerte jiji me gusta como va la historia...gracias por compartirlo.besos

    ResponderEliminar
  11. Lady Dragon: me he enamorado de tu historia,tu descripción de personajes y la forma en que la llevas haces que uno se sumerja en la historia y haces el difícil trabajo de volver a la realidad con un verdadero hambre de querer seguir con la historia,
    me pareció super genial tu prologo,algo diferente de lo normal,al igual la forma de mantener en suspenso el nombre del gatito y el hecho de no hablar.....
    realmente sientes su desamparo y soledad,deseándole que realmente sea feliz y que el lobo este a la altura de su pareja ( aparentemente es digno de tenerlo como compañero)
    al leer cuidadosamente encontré algunos errores en la narración, muy pequeños que no alteran el hilo de la historia pero ahí está.
    es mi humilde y pequeño aporte a tu pedido,tu historia es GENIAL.
    ESPERO CON ANSIAS EL PRÓXIMO CAPI

    ResponderEliminar
  12. Wow esta buenisimo ahora estoy intrigada con lo q va a pasar esta noche me voy a comer las uñas hasta q salga el nuevo capitulo. Sigue asi que esta genial la historia y espero don ansias a tu próximo capirulo

    ResponderEliminar
  13. Hola, muchas pero muchas gracias por otro capitulo. Amo esta historia, al igual que adoro a Axel. Espero que nuestro minino no se culpe por lo ocurrido.

    ResponderEliminar