domingo, 26 de enero de 2014

Y Llego El Capítulo 4 ^o^




Enlaces Anteriores



Hola a tod@s, ya les traigo el cuarto capítulo, como les dije, aquí conoceremos el nombre del tierno gatito q(^o^)p. 

Me alegra que la historia les este gustando, espero siga así hasta el final. Hoy no me explayaré por el momento, pero al final del capítulo sera otra cosa XD, así que sin más les dejo el capítulo de hoy, disfrútenlo...






 CAPÍTULO 4

Daniel había atendido a la amable petición de Doc de esperar fuera de la habitación, para que éste pudiera revisar adecuadamente a su pareja, simplemente que no esperaba que tuviera que hacerlo por tanto tiempo. Cada segundo que pasaba era una agonía, tanto para él como para su lobo. Sabía que debía controlarse, que su estado de ánimo estaba poniendo inquietos a todos en su manada. Incluso la siempre sensata María, empezaba a comportarse fuera de su tranquilo carácter.

El Alfa era el núcleo de la manada, no solo era el fuerte que dominada a los demás, era el protector y guía de aquellos bajo su cargo, decidiendo que era lo que más le convenía a la manada, de acuerdo a la situación por la que se estuviera atravesando. Si el líder estaba perdido, su gente por consiguiente sufría el mismo destino.

Su antiguo mentor le había repetido aquella lección hasta el cansancio, mostrándole la verdad de tras sus palabras. Para ello le había llevado con él a las reuniones con manadas vecinas, de forma que pudiera observar atentamente el comportamiento que la manada residente tenía, de acuerdo al tipo de Alfa que estaba a cargo.

Sin embargo, por más que Daniel lo intentaba, no había nada que pudiera hacer para volver a ser el de antes. La única persona que podía regresarle la paz, estaba tendido en la cama del cuarto frente a él. Sólo cuando tuviera a su pequeño felino, fuera de peligro y en sus brazos, se calmaría.

Los minutos pasaban y su más grande deseo no se veía realizado. Su lobo cada vez estaba más ansioso por su pareja. Siempre había tenido un control excelente sobre su bestia, pero ahora lo sentía muy cerca de la superficie, por más que le empujara para que no saliera, su lobo no cedía y arremetía con más fuerza. La piel le picaba por el ir y venir del vello, que incontrolablemente crecía y desaparecía.

Además comenzaba a marearse, por el intermitente cambio de vista, de lobo a humano y viceversa. Sabía que tenía que asegurarse lo más pronto posible que su pareja estaba bien, o definitivamente terminaría enloqueciendo.  Lo que al parecer, fue precisamente lo que había sucedido, porque no recordaba en ningún momento, haber abierto la puerta e ingresado bruscamente a la habitación.

Daniel sólo estuvo medio consciente de este hecho, cuando un desgarrador grito de sufrimiento, resonó por todo el lugar. Eso finalmente le había despejando la mente. Sin perder tiempo corrió hacia la cama donde reposaba su minino, no se atrevió a tocarlo cuando vio que su cara reflejaba el más crudo dolor, que hubiera visto nunca en otro ser vivo.

Lo único que pudo hacer por el momento fue cernirse sobre su pareja, lo más cerca que pudo sin tocarle, quería de alguna manera hacerle saber a su gato que estaba allí para él. Realmente esperaba que su presencia y olor le reconfortaran, transmitiéndole la seguridad que únicamente un compañero podría hacerle sentir a su otra mitad. Si tan sólo pudiera tomar su dolor como propio, él lo haría sin dudarlo, pero no podía y eso le estaba desgarrando el corazón.

Cuando finalmente aquellos impresionantes ojos ámbar se mostraron nuevamente, Daniel contuvo la respiración inconscientemente. Una oleada de calidez inundo todo su ser, era como volver a estar bajo los rayos del sol, después meses de haber permanecido en un lugar totalmente oscuro y frío.

Cuando su hermoso gatito ladeo la cabeza, inmediatamente su mano toco el terso cuello con una caricia suave pero firme, aceptando la sumisión que este le ofrecía. En ese instante, un electrizante deseo cruzo por todo su cuerpo. El tiempo y el mundo dejo de existir, y solamente entonces, en ese pequeño instante, todo estaba absolutamente bien.

Desgraciadamente y en contra de los deseos de ambos, el momento no duro para siempre como hubiesen querido. La voz de Doc los trajo a los dos de nuevo a la realidad. Sin embrago Daniel se negó a romper el contacto de piel con piel, que finalmente tenía con su pareja.


Ya consciente de su entorno, comenzó a sentirse nervioso por la mano en su cuello. Sobre todo por el delicioso escalofrió de placer que le inundaba, ante el más ligero movimiento de aquella callosa mano. Se suponía que el tener la garra del gran lobo Alfa, era una cuestión de terror porque estaba vulnerable en esa situación.

En cuestión de segundos éste podría desgarrar su yugular, con un solo movimiento de su muñeca. Así que no debería desear tanto que aquella mano nunca dejara su garganta, pero lo hacía y con todo su ser. Sin fuerzas para pelear contra lo que sentía, sucumbió a sus oscuros deseos y no hizo nada para apartarse, aunque eso debería ser lo correcto.

El lobo que antes lo estaba atendiendo nuevamente hablo, debió darse cuenta que la primera vez, ensimismados el uno en el otro como habían estado, ninguno de los dos le había puesto atención alguna.

Esto no será muy largo, sólo necesito unas cuantas respuestas. ―Doc se estaba dirigiendo directamente a él, algo que le pareció extraño, pues él hubiera pensado que le rendiría informes al lobo más dominante―. Después iré a ordenar que le traigan la comida, y una vez que se la termine deberá volver a dormir. De esa manera su recuperación será más rápida y satisfactoria, ¿entendido?

Asintió todavía un poco ausente por las suaves caricias del otro lobo. No creía que en ese momento, de haber podido hablar, hubiera contestado algo coherente. Al parecer toda la sangre en su cuerpo estaba viajando al sur, lo que debería haberle hecho sentir abochornado, porque no podía moverse para ocultar su vergüenza. Por suerte, tal parecía que se encontraba en tan mal estado que ni siquiera podía lograr una erección completa, lo cual en gran medida era un alivio.

Comencemos entonces con una sencilla, pero importante pregunta, ¿cómo se llama?

Tomando una profunda respiración y ya sin saber si temblaba de miedo o placer, garabateo su respuesta. Sonrojándose al instante, cuando vio lo horrible que era su letra.

<<Bueno, al menos la pregunta era si sabía escribir, y no si mi caligrafía era buena>>

Ese pensamiento no lo reconfortó en  lo más mínimo, teniendo en cuenta que el lobo que le robaba el aliento, miraba fijamente la hoja donde plasmaba su respuesta. Así que cuando acabo de escribir, y para ocultar algo su vergüenza, volteo el rostro tratando de manera que los otros no viran su sonrojo.

¡Axel! Daniel pronuncio con vehemencia, el nombre escrito en voz alta, como disfrutando el sonido de esa simple palabra, luciendo plenamente feliz.

Pero para Axel era una cuestión totalmente diferente. Él había escuchado en solo una única ocasión su nombre, y de eso hacía ya mucho tiempo. Fue el regalo que le dio su madre adoptiva, en su lecho de muerte. Esa simple palabra fue pronunciada con el último aliento de vida, antes de que ella falleciera.

Desde ese momento, se convirtió en algo sumamente especial y preciado para él. Siempre había tenido la sensación de que todo lo demás le fue arrebatado, incluso antes de nacer, pero nadie podía quitarle ya su nombre.  Era lo único real que poseía, y que aún seguía poseyendo. Sumergido día y noche en la miseria, era lo único que pensaba le mantenía cuerdo y con esperanzas. 

Desesperadamente se aferró a esa palabra con todo su ser, atesorándola como el preciado regalo que era. Sólo se atrevía a repetirlo de vez en cuando en su mente, y eso para no olvidarlo, o más bien para no olvidar quién era. Siempre le habían dicho lo que era, y todo el mundo se refería a él por ese hecho: el gato negro. Pero nadie se refería a él por quien era, un ser vivo que anhelaba cariño, compañía y un lugar al cual pertenecer: Axel.

Así que volver a escuchar su nombre en voz alta, de los labios de otro ser vivo, pero sobre todo, con la devoción y amor que claramente se percibió en la voz de otro. Simplemente no sabía cómo debería tomarlo, ni lograba comprenderlo. ¿Por qué tenía que ser precisamente un cambiaformas de lobo, y más específicamente ÉSTE cambiaformas de lobo, el que le trajera ilusiones y deseos que creía había enterrado hace ya mucho tiempo?.

Eso irremediablemente desato una férrea lucha interna, tratando de recordarse asimismo que por más que quisiera, no podía sucumbir nunca a esos anhelos, como lo había jurado hace mucho tiempo. Siempre debía recordar que no había escapatoria de su maldición, el precio a pagar era uno muy alto.

Así que a pesar que por una parte, Axel sentía tal efusividad que incluso si moría en ese mismo instante lo haría feliz y con una sonrisa en el rostro, por otro lado estaba sumamente triste y totalmente devastado. No era justo tener lo que siempre deseaste frente a ti, y no poder tomarlo por más que quisieras. Sin poder evitarlo un segundo más, las lágrimas se reunieron en sus ojos y corrieron libres de su prisión.


Daniel despego su vista de la libreta, en cuanto sintió los pequeños estremecimientos del cuerpo de su pareja, y pudo oler antes que ver, las salinas gotas de lo que sin duda alguna eran lágrimas. Preocupado regresó la vista a la cara de su Axel, obteniendo una visión que le estrujó el corazón.

Su pequeño lloraba en silencio, sin emitir un solo sonido. Apenas moviéndose cual si fuera una estatua que destilaba dolor y agonía. Nunca en su vida había visto llorar a alguien de esa inusual manera. Nunca habría creído que alguien pudiera llorar tan desgarradoramente, sin siquiera un solo sollozo apagado, de no estarlo viendo en ese instante.

Entonces recordó lo que le había dicho Doc acerca de sus suposiciones, sobre el posible cautiverio de su pareja, y sintió la rabia abrirse paso en él. Lo más seguro es que su Axel había aprendido a llorar de esa forma, porque de lo contraria recibía duras golpizas. Y no supo como lo hizo, pero logró suprimir el encolerizado gruñido, que comenzó a nacer desde el fondo de su pecho.

Porque sabía que aunque su sangre hirviera por cazar a los culpables de tal atrocidad, para hacerles pagar con creces el daño que habían causado. Y por más que quisiera en esos momentos gruñir y aullar su dolor y rabia, por lo que su pareja había sufrido. No debía hacer nada que asustara a su minino, por el momento todo lo demás tendría que esperar, lo importante ahora era su minino.

Él debía reconfortarle y darle seguridad, asegurándose de que se recuperara rápidamente, tanto física como mentalmente. Estaba consciente de que no sería un camino fácil. Rayos, ni siquiera sabía en realidad como tratar y ayudar, a alguien que había estado en cautiverio y siendo abuzado. Gracias a Dios, no sexualmente, como le informo Doc. No porque hubiera pensado menos o despreciado a su pareja, sino porque era algo menos con lo cual tratar.

Daniel se sentía tan abrumado y torpe como nunca antes, lo bueno es que tenía cerca a personas que le podían orientar, cuando lo necesitara. Y si estas no fueran las adecuadas, iría hasta el fin del mundo de ser necesario, a buscar una que sí lo fuera. Su única preocupación y deseo era darle a Axel absolutamente todo lo que necesitara, en cualquier aspecto posible de su vida, a partir de ese momento y hasta que el final de sus días llagaran.

Doc, creo que las demás preguntas pueden esperar un poco.  Aunque Daniel lo dijo en forma de sugerencia, se aseguro de dejarle claro al otro por el tono de voz, que era una orden. Lo mejor será que Axel coma, para que pueda descansar, ¿no es así?


Tiene razón Alfa, es lo mejor. Permiso iré a avisar que traigan la comida contestó Doc haciendo una ligera muestra de respeto a los dos, mientras observaba a su Alfa consolar con ligeros toques al pequeño gato.

Axel parecía poco a poco responder a las muestras de cariño, pero seguía viéndose muy tenso. Estaba claro que el joven había sufrido mucho y le costaba confiar en los demás, aun cuando la persona en cuestión se tratase de su propia pareja. Sin duda había un largo camino que recorrer para su recuperación. Porque él sabía que las heridas que no se pueden ver a simple vistas, son las que siempre llevaba más tiempo y esfuerzo curar.

Eran estas ocasiones en las que Doc quería que su don fuera más allá de lo físico. Lamentablemente lo único que podía hacer por el momento, era seguir las órdenes de su Alfa. No creía que someter a Axel a más estrés ayudaría en su situación actual, ya después vería lo que podría hacer para lograr que el felino se recobrara al cien.


Se encontraba en un lugar cálido donde ni por un solo instante sentía frío, la ropa que le cubría era nueva y de su talla. Tenía deliciosa comida, con sólo apretar el pequeño botón al lado de su cama. La cual por cierto, era tan suave y esponjosa como debían de serlo las nubes en el cielo.

En pocas palabras, se podría decir que Axel estaba en el paraíso, y aun así, no se había sentido tan profundamente hundido en el infierno, como ahora lo hacía. Únicamente con recordar lo que había sucedido apenas hacia un par de días atrás, era suficiente para que su pecho doliera y se sentía agonizar.  

Todo había ocurrido poco después de que el doctor se fuera, y pocos minutos más tarde, dos lobas le habían traído bandejas con deliciosos platillos en ellas. Que consistían principalmente en diferentes tipos de carne cocidas de muy distintas maneras, y con gran variedad de acompañamientos, verdaderamente todo un manjar.

El olor había sido suficiente para que la boca se le hiciera agua. Todo aquello parecía una ilusión, una muy deliciosa ilusión. Al principio dudo que todo fuera para él, pero sólo por un momento, antes de que todos los platillos le fueran colocados justo frente a él, en unas extrañas piezas de plástico en forma de mesas enanas que pusieron sobre su cama.

Por más que intentaba, no recordaba haberlas visto nunca, así que mucho menos sabía cómo se llamaban esos curiosos objetos. Claro que eso quedo en el olvido, cuando con manos temblorosas tomó el trozo de carne más cercano y se lo llevo a la boca. El sabor exploto dentro de ella, y gimió sin poder evitarlo.

Sin molestarse en mostrar modales, comió con rapidez. En realidad habría querido hacerlo despacio y tomarse el tiempo de saborearlo todo, pero no podía perder tiempo masticando la comida como se debía, porque aún temía que todo aquello desaparecería en un segundo.

Gracias a Dios también le habían traído agua, o hubiera muerto ahogado más de una docena de veces, por los grandes bocados que daba, y con los que ocasionalmente conseguían atragantarse. Y mientras comía lo más rápidamente posible que podía, olvido por completo la presencia del lobo que seguía en la habitación.

Por lo que se había perdido completamente de la mirada divertida, y condescendiente con que le veía. De haber sido consciente de aquello, lo más seguro es que se hubiese avergonzarse hasta la muerte, queriendo que un agujero se abriera en la tierra y se lo tragara.

¿Pero podían culparle por actuar de aquella manera, cuando era la primera vez que probaba comida tan suculenta, sin tierra o basura pagada a ella, o que estuviera ya a medio descomponer, o se encontrara fría y dura, pero sobre todo, que no tenía saliva de una persona desconocida?

No, esta comida era totalmente recién preparada y exclusivamente para él, así que no podía evitar comportarse así. Cuando había limpiado, literalmente, los platos con la lengua, su cuerpo se sintió de repente muy agotado. Y en contra de su mejor juicio, al estar rodeado de lobos, se dispuso a dormir como le había ordenado el médico lobo.  

Pero antes de ir directo a la tan deseada tierra de los sueños, la presencia de aquel lobo que alteraba todos sus sentidos, y sobre todo despertaba su recién descubierto libido, se volvió a hacer notar. Sin embargo Axel no sentía las fuerzas suficientes para que sus parpados se abrieran de nuevo, todo su cansado cuerpo pedía a gritos sucumbir al descanso.

Así que se contento con sentir sobre su piel, las placenteras caricias que el otro le prodigaba. Y justo antes de caer en la inconsciencia, producto del sueño, escucho las fatídicas palabras dichas en un suave y cariñoso susurro:

Descansa Axel, aquí nadie te lastimara. Estás en el lugar más seguro del mundo. Eres mi pareja y como tal, de ser necesario cada miembro de la manada morirá para protegerte. Así que duerme tranquilo, mi dulce Axel.”

En el preciso momento, en que el lobo acababa de pronunciar su nombre, sintió claramente como su corazón se rompía en mil pedazos, mientras la más fría y absoluta oscuridad se lo tragaba por completo. Su sueño se volvió inquieto y plagado de pesadillas, despertó sudoroso y sobresaltado. Tragando el grito que pugnaba por salir de sus labios, mordiéndose tan fuertemente que empezaron a sangrar.

Por suerte nadie apareció y tranquilamente, en la soledad del cuarto donde estaba, se revolcó en su miseria. Al principio quería creer que lo que había oído era otra de sus acostumbradas pesadillas recurrentes, pero sabía que no era así, y eso le destrozaba el alma.

<<¡No, no, no, no, no,  no, no!… Dios, no por favor…  esto tiene que ser un cruel burla, me niego a aceptar algo así… YO NO PUEDO TENER UNA PAREJA… simplemente ¡NO PUEDO!…

¿Es qué no eh sufrido ya lo suficiente?, ¿Cuántos pecados más tengo que pagar, para que toda esta pesadilla termine? Me niego… No traeré la mala suerte sobre él y los suyos. Esta vez no lo hare… Ya no soy aquel indefenso gatito, ahora soy un adulto y no pienso permitir que ella gane otra vez, no lo permitiré...

Si es mi pareja, yo le protegeré de mí y él vivirá, ¡ME OYES MALDITA SUERTE!, esta vez no seré tu herramienta…  Ya no… No le matarás, no a él…>>

Dos días habían pasado ya desde ese fatídico día, y el dolor seguía siendo tan insoportable que Axel dejo que las lágrimas de rabia y tristeza fluyeran nuevamente sin hacer nada por detenerlas. Nunca en su vida había llorado tanto como en ese par de días que llevaba allí.

Pero estaba decidido a que no sería más tiempo. Si realmente quería salvar a su pareja, y a los demás lobos, debía actuar rápidamente. Entre más tiempo pasaba, la probabilidad de que su mala suerte contaminara su alrededor era más alta, y no podía permitir eso. No otra vez, en esta ocasión Axel lucharía contra su maldita suerte, con uñas y dientes hasta el final como antaño había prometido.


Daniel se sentía tan frustrado y desesperado, al no saber cómo actuar o lo que debía hacer. Pensó que todo iba a salir bien, pero se equivoco. ¿En donde había fallado, o que omitió? Era algo para lo que no tenía respuesta por más que la buscara.

Desde que su pareja despertara por segunda vez, desde que había llegado allí, parecía cada vez más lejana, y ahora incluso rehusaba su toque. No lo entendía, antes había sido tan recesivo, y aun a costa de  sonar pretencioso, se atrevía a asegurar que lo anhelaba tanto como él lo hacía.

Llevaba ya dos días asegurándole un millón de veces, que allí estaba a salvo, que nadie le haría daño, sobre todo él. Pero parecía que no lo escuchaba. Cada vez que intentaba acercársele, terror puro cubrían sus hermosos ojos ámbar, y el miedo de que se hiciera daño tratando de huir, le hacía retroceder.

Doc le informó que actuaba así, con cualquiera que intentara acercársele. Sólo aceptaba la cercanía cuando iban a dejarle la comida, pero la charola apenas tocaba la cama, él empezaba a hacer señas con la mano para ahuyentar al lobo en turno. Ya fuera hembra o macho.

Aunque Doc le dijo que tampoco tenía claro que sucedía, especulaba que era el estrés de las lesiones y, después de lo que vivió, el verse nuevamente confinado a cuatro paredes, era lo que le provocaba esa respuesta en Axel.

Pedro, su Beta y pareja de María, al que llamaban Coronel por su estricto carácter, le comentó que quizás ese comportamiento se debía a que donde lo habían tenido retenido, fue muy traumatizado. Por lo que ahora ya no era capaz de reconocer la bondad. Incluso tal vez, habían jugado de manera tan retorcida con él,  que había llegado a un punto que temía cualquier muestra de  amabilidad, por parte de otro ser viviente.

Por su parte, María trató de tranquilizarlo, diciéndole que ese comportamiento era comprensible. Después de todo, Axel estaba tan debilitado que su instinto tomaba el control, y como era un felino rodeado de lobos, era completamente natural de que actuara defensivamente. Así que no debía preocuparse, ya una vez que se recuperara, las cosas tomarían su verdadero cause.

Y así la lista seguía y seguía, con todas las suposiciones de los once  miembros restantes de su manada. Pero todas ellas eran solo eso, especulaciones. El único que le podía dar la respuesta correcta era su pareja. Y eso estaba totalmente fuera de cuestión por el momento, Daniel no quería forzarlo a hacer algo que empeorara la situación.

En verdad estaba furioso, frustrado y preocupado, una combinación para nada buena dado su fuerte carácter. Antes siempre era tranquilo y calculador, todos decían que parecía tener nervios de acero, pero desde que encontrara a su pareja, esa parte de él parecía haberse ido por la borda.

<<¿Qué debo hacer?, ¿Cómo protegerle de aquello que no puedo ver?

¡¡¡MALDICIÓN!!! ¿De qué me ha servido haber derrotado a todo tipo de adversarios, y ser el Alfa de una manda, sino puedo hacer que su miedo y dolor se vayan?… Realmente me siento un fracaso como lobo, y como pareja. >>

Toda la situación era tan frustrante, pero no se daría por vencido tan fácilmente. Se negaba a hacerlo, no está en su naturaleza esconder la cola entre las patas, y someterse sin luchar.

Daniel entonces recordó que una vez su madre les había dicho a sus hermanos y a él, antes de que su antiguo mentor y Alfa lo sepárese de su familia, que todo lo bueno viene con un precio. Que tendrían que sortear mil dificultades para ganárselo y conservarlo, porque sólo aquellos que luchaban ferozmente contra todo, aferrándose a lo que el destino había deparado para ellos, eran los que lograban alcanzar la verdadera felicidad.

En aquella época él era muy joven e inexperto en las cuestiones de la vida, y no comprendió las sabias palabras de su madre, incluso cuando maduro no logro entenderlas por completo. Sin embargo ahora creía hacerlo, el destino le había permitido encontrarse con su pareja destinada, pero era su trabajo sortear todas las dificultades para hacerse merecedor de él, o lo perdería para siempre.

<<Es cierto, si el destino decreto que él y yo compartiéramos una sola alma… que los dos nos pertenecemos el uno al otro, entonces descubriré la forma en que podamos realmente llegar a hacerlo… Así me lleve toda la vida lograrlo, juro que lo hare.>>

El ruido seco de la puerta abriéndose de golpe, le saco abruptamente de sus pensamientos. Gruño ante la posible amenaza, dejando sus caninos al descubierto y listos para el ataque de ser necesario. Cuando vio que se trataba de Bárbara, una de los centinelas, en vez tranquilizarse el vello de todo su cuerpo se erizo.

Su instinto le decía que algo iba muy mal, y este nunca le había fallado antes, así que no creía que lo hiciera ahora. Por desgracia, cuando ella hablo dándole terribles noticias, confirmo que su intuición era más que correcta.

Alfa, hay un gran problema… su pareja huyo.

¿Cómo qué huyo, Bárbara?, él aún estaba muy débil… ¿Cómo pudo salir del edificio?


La controlada voz de su Alfa mostraba a Bárbara que tan enojado éste estaba, hubiera preferido que le gritara, porque ese tono modulado era como el agua del río.  Por fuera toda tranquilidad y por dentro con tal fuerza, que si eras tan tonto para entrar, seguro te arrastraría sin remedio a sus profundidades, donde encontrarías de forma inminente la muerte. Aun así continuo hablando, consciente de que se merecía el castigo que le impusiera por su fallo.

Asumo toda la responsabilidad, Alfa. A pesar de que Bárbara logro que su voz sonara segura, no pudo esconder el hecho de que apestaba a miedo, claro que sabía a lo que se arriesgaba cuando decidió ser personalmente ella quien informara lo sucedido―. Su pareja le pidió a Doc que se le permitiera tomar un poco de sol, yo fui designada a acompañarlo. Cuando salimos al patio me pidió agua… Como le dije fue mi culpa, yo le deje sin vigilancia mientras corría hacia el sector Este para gritarle a Zac que trajera el agua, no me aleje ni dos metros… pero cuando regrese la mirada, él ya no estaba.


¿Le están buscado? preguntó mientras tomaba la chamarra colocada en el respaldo de su silla, dirigiéndose inmediatamente a la puerta sabiendo que Bárbara le seguía

Sí Alfa, el Coronel organizo a todos los centinelas y ejecutores para la búsqueda, y ya se han adelantado.

Daniel ya no dijo nada más, no había necesidad de hacerlo, sólo se concentró en lo que tenía que hacer para poder encontrar a su pareja, después lidiaría con el porqué Axel había huido en primer lugar. 





Y bien ¿qué les pareció?... Ya saben, déjenme sus comentarios para saberlo.

Ahora como les dije arriba aquí si voy a molestarles con mis locuras XD. La verdad es que les quería explicar un poco acerca del nombre que elegí para mi gatito. 

Cuando comencé la historia no me decidía a que nombre ponerle, y para esto me puse a investigar el significado de los nombres. Así que la mayoría de los nombres que uso para los personajes, es cuidadosamente elegido según su personalidad  o lo que esta destinado hacer, otros simplemente porque me gustaron XD. 

Por ejemplo, en el corto El bello y El bestia (del cual tendrá una versión larga que tendrá que esperar, pues estoy actualmente con esta), los nombres de los protagonistas, Alan y Damián, fueron dados porque Alan significa "Apuesto" ya que en la historia eso es lo que precisamente es, alguien apuesto o bello, lo que dista mucho con su personalidad. Y Damián significa "Domador" (aunque posteriormente encontré otro significado, pero tome este por ajustarse más a lo que era la historia), y es que Damián es el único que fue capaz de lograr lo imposible, domando de cierta forma a Alan, quien es el bestia en la historia.

En este caso Daniel significa "Justicia de Dios", esto porque en cierta forma que él sea la pareja de Axel es justicia divina, una forma en que la vida le retribuye a mi gatito todo lo que ha sufrido, dándole la felicidad que merece. La razón por la que elegí el nombre de Axel, es porque al principio encontré dos significados que se me hicieron dimensionalmente contradictorios, por una parte encontré que significaba "El hombre de la paz" y por otra esta el significado de "Hacha, Arma de guerra". es por esta razón que el nombre se me hizo ideal para él. Pues mientras que su colonia lo consideran algo que causa destrucción, su pareja le considera algo absolutamente opuesto, además encontré otros significados que me convencieron aún más para otorgarle a mi gatito este nombre, he aquí la lista:


1. Apócope sueco del nombre Absalon: El Hombre de la Paz 
2. Recompensa del cielo. 
3. Premio divino, en griego. 
4. En Maya, Angel de Dios. 
5. Guerrero defensor y/o poderoso defensor, fue adquirido cerca d las regiones de cárpatos x soldados o Guerreros Esclavos...
6. Recompensa del Cielo.
7. Nombre de origen danes, que significa hacha, arma de guerra


Apoco no le queda >o<, bueno por el momento ya los dejo descansar de mis loqueras XD. Nos leemos pronto, con más de mis locuras q(^o^)p...



13 comentarios:

  1. Hola :D
    Muchas gracias por otro capi, que aunque no los he podido leer me encanta que los subas porque así pronto podré leer la historia completa y me ha gustado mucho el nombre, no sabía el significado y eso que mi sobrino se llama Axel, que tengas una linda semana, besosss

    ResponderEliminar
  2. Gracias por este capitulo me encanto y estoy de acuerdo con los nombres que les pusiste
    van muy acordes me entristeció Axel pensado que no se merece tener una pareja espero con ansia el capitulo de mañana gracias =)

    ResponderEliminar
  3. Me encanto y los nombres tambien espero q daniel lo encuentre pronto. Gracias por el capitulo

    ResponderEliminar
  4. \(^_^)/ yeah capitulo nuevo bitches JAJAJA ok, no :P sorry fue la emoción jajaja
    Muchas gracias por este nuevo capitulo, me dejaste encantada y sobre todo al saber el nombre. La verdad me sorprendiste porque pensaba que solo ibas a poner un nombre que te gustara, pero leyendo la entrada me doy cuenta que buscas significados que caractericen al personajes y asi darle al personaje un nombre ideal :D

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias por el capi. Me gustó muchísimo. Besos =)

    ResponderEliminar
  6. Gracias por otro capitulo me gusto mucho estoy deseando leer el siguiente

    ResponderEliminar
  7. ME ENCANTÓ EL CAPITULO,QUE PENA QUE EL POBRE GATITO PIENSE QUE NO SE MERECE UNA PAREJA.AMO QUE LOS PONGAS TAN PRONTO,LO PRIMERO QUE HAGO ES LEERLO POR LA MAÑANA.BESOS Y HASTA MAÑANA.

    ResponderEliminar
  8. me encanto! gracias por compartir!un beso

    ResponderEliminar
  9. me encanta gracias.besos y animo

    ResponderEliminar
  10. Hola, no me gusta leer por capitulos, pero aún así siempre me leo las historias por capitulos, creo que soy un poco masoquista, jajaja, pero no importa, porque me lo paso genial leyendo estas maravillas.

    Te esta quedando genial la histoira, me encanta lo paciente que es Daniel, aunque se esté comiendo las uñas hasta los codos por no poder acercarce a su lindo gatito, al que por cierto, hasta yo estoy deseando darle un abrazo y hacerle mimitos y protegerlo de todo, pero como no quiero que Daniel me arranque un brazo por tocarlo, mejor dejo que sea él el que lo mime, jajajaja.

    Sigue así, estoy totalmente enamorada de los personajes.

    Nos leemos.
    Dácil

    ResponderEliminar
  11. Pobre del gatito que cree que no merece ser la pareja de Daniel. Es increíble e interesante que utilices nombre que tenga un significado para describir al personaje. Esto me demuestra cuán grande y excelente escritora eres, que te preocupas de conseguir el nombre indicado para cada personaje. Muchas gracias por otro magnifico capítulo, espero que Daniel encuentre rápido a Axel.

    ResponderEliminar
  12. Gracias por el cap. Cada día esta mas emocionante no puedo esperar pelo próximo cap.

    ResponderEliminar
  13. hola lady..me encanto el nombre..Axel le quedo muy bien, pobre Daniel, me encanta que sea paciente y pobre Axel se me rompe el corazón...y se nota que es fuerte por a soportado mucho sufrimiento!!!! muero por el capitulo siguiente, besos

    ResponderEliminar