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Hola a tod@s, ya esta aquí el capítulo 14, lamento haber subido el capítulo tan tarde. Realmente esta entrada me costo mucho trabajo, porque al principio la señal se iba cada cinco segundos, y tardaba como quince minutos en regresar, pero después de la segunda vez que hizo eso la señal no regresaba, realmente me desespere q(>o<)p.
Saben, a pesar de que les gusto el capítulo anterior, quería decirles que en algunos capítulos, suelo pasarme con las explicaciones. Pero es que en mi loca cabeza tengo mi propia idea del mundo de cambiaformas, y para que las historias tengan sentido y se entienda varias cosas, tengo en algún momento que explicarlo, ¿o ustedes que piensan?
Bueno, ya que me desahogue XD, quiero agradecerles mucho sus mensajes, dándome ánimos para pasar esta molesta enfermedad, hoy me siento mejor, muchas gracias. Ademas les traigo una buena noticia, mañana si mi internet no vuelve a fallarme, tendrán el capítulo 15 q(^w^)p. Así que por el momento pasemos al capítulo de hoy, espero que lo disfruten q(^o^)p...
CAPÍTULO 14
Cansado se dejo caer sobre la cama. Para
gran alivio de Axel, después de la declaración de Líder, la reunión llegó a su
fin. Al parecer todos habían visto lo agotado que se sentía, y aunque había
cosas que aún debían tratarse, se decidió que se reunirían otro día para
hacerlo. Así él fue nuevamente escoltado a su cuarto, mientras Daniel y Coronel
acompañaban a Líder y Zareb fuera, para despedirlos como el protocolo indicaba,
según le susurro al oído su pareja.
Se había perdido la hora del
desayuno, pero eso no le importó a Axel, estaba más molesto por no haber podido
preguntarle al león acerca del ritual de reclamación antes de que éste se fuera,
pero se encontraba todavía más cansado mentalmente que todo lo anterior. Por eso,
cuando Roy le preguntó acerca de lo que quería que le trajera para almorzar en
lugar del desayuno, él había declinado la oferta escribiéndole que sólo quería
dormir, ya cuando despertara comería. Él simplemente se acurruco encima de las
cobijas, y enterrando la cara en la almohada de su pareja, sucumbió a los
brazos de Morfeo.
Daniel miró la puerta que conectaba
al baño con su habitación, podía oír el agua cayendo, y su cerebro pronto
proyecto la imagen de su pareja. Ésta tenía los ojos cerrados y la cara
levantada hacia arriba, directamente bajo el chorro de agua. La tostada piel y
su negro cabello brillando húmedos por las cristalinas gotas.
Su cuerpo que se había ido
recuperando, aunque aún le faltaba ganar varios kilos más, paulatinamente se
había rellenado saludablemente mostrando unos redondos y pequeños glúteos que
él quería agarrar, sobar, morder, y sobre todo, hundirse en ellos. Sus
torneadas piernas estaban ligeramente separadas y su miembro laxo colgaba en
medio de ellas.
En su mente Axel comenzaba a
enjabonar su cuerpo, pasando la esponja jabonosa por su cuello, bajando lenta y
sensualmente hacia su pecho. Sus pezones endureciéndose un poco al ser
frotados, haciendo que un escalofrío de placer atravesara todo su cuerpo, y
rápidamente entonces su mano viajaba hacia abajo, pasando la esponja por su
vientre hasta llegar a la entrepierna.
Ante el estimulo recibido, su
miembro comenzaba a engrosarse y a levantarse, entonces su gato dejaba caer la
esponja y directamente con sus manos, se daba placer. Primero de forma lenta
pero firme, su mano derecha se moviéndose de arriba y abajo repetitivamente, a
veces deteniéndose en la punta para una mayor fruición. Mientras que su mano
izquierda apretaba sus testículos, moviéndolos como si de esferas chinas para
el estrés se trataran.
Su respiración acelerándose cada vez
más, y pequeños suspiros y gemidos saldrían de sus labios. Sus movimientos
incrementando paulatinamente su velocidad, volviéndose erráticos. Hasta
alcanzar el orgasmo gritando su nombre, porque durante todo ese tiempo se había
imaginado que era él, Daniel, quien le daba todo ese placer.
La puerta se abrió sacando abruptamente
a Daniel de sus fantasías. Estaba muy duro, y una húmeda mancha era claramente
visible al frente de sus pantalones. No queriendo asustar a Axel, puso sobre su
regazo el periódico que estaba leyendo.
Claro que no podía hacer nada para ocultar el aroma de su deseo y excitación,
que impregnaba toda la habitación.
Nadie podía culparle, la atracción y
deseo de reclamar a su compañero era fuerte, su lobo constantemente luchaba por
unirse con su pareja. Sólo el sentimiento protector era más fuerte que su
libido, por ello había sido capaz de no perder la cabeza, y es que Axel no
estaba listo para la unión. Algo en lo que tanto su parte humana como animal
estaban totalmente de acuerdo. Pero eso no significara que su deseo menguara
debido a este conocimiento.
Daniel tuvo que morder sus labios
para contener un gemido, cuando el olor de la excitación de su pareja se unió
al suyo. Miró hacia donde Axel se encontraba, para verle todavía en el umbral
de la puerta del baño, completamente vestido y con una toalla sobre los
hombros. Los ojos ámbar estaban brillosos y dilatados, con un intenso rubor
cubriendo sus mejillas. Sin poder evitarlo él se levanto y camino directamente
hacia su gato, y una vez a su alcance le beso con toda la pasión y desenfreno
que sentía.
Su lengua no tuvo clemencia
barriendo y conquistando la boca ajena, que poseía una mezcla de sabor a menta,
y la natural dulzura adictiva de su pareja, que contesto con el mismo brío con
que era besado. Sin saber cómo consiguió realizar tal hazaña, Daniel despego
sus labios de los ajenos, y reuniendo cada onza de control que aún poseía
acaricio con ternura la caliente mejilla de su pareja.
―Espérame, tomare un baño rápido e
iremos e iremos juntos al comedor.
Por supuesto que no le dijo a Axel, que
sería uno con agua muy fría, para lograr bajar su ímpetu. Daniel Realmente comenzaba
a maldecir el no haber preguntado a Zareb, sobre el ritual de reclamación,
antes de que se fuera. Sacudió la cabeza alejando esos pensamientos, porque de seguir haciéndolo era capaz de
regresar y tratar de terminar lo que había empezado. Y no podía hacerlo sin
saber cómo consumar su unión correctamente, y sobre todo porque debía
recordarse que Axel todavía no estaba listo.
Veinte
minutos después, entraron al comedor del hotel donde los demás ya los
esperaban, repartidos y acomodados en las mesas, dejando la en medio para
ellos. Pero Axel no fue hacia esta, sino que camino directamente a la mesa del
fondo a la izquierda, donde únicamente se encontraban sentados Zac y Aníbal, para
ocupar una de las sillas restantes que allí quedaban.
Daniel
no se sorprendió por esta acción, había visto desde el día anterior que su
pareja pareció desarrollar algo por la serpiente, sabía que no era nada sexual
o amoroso porque su lobo no se había puesto inquieto, de lo contrario el chico
serpiente ya no respiraría. Él consideraba que debía ser algo parecido a la
empatía, si tomaba en cuenta la referencia acerca del parecido en las miradas,
que Axel había hecho. Sólo esperaba que la influencia de la serpiente no fuera contraproducente,
e hiciera que su pareja retrocediera más de lo que había logrado que avanzara,
en cuanto al concepto en el que tenía de sí mismo.
Sin
preocuparse de las sorprendidas miradas de los demás, Daniel siguió el camino
tomado por su gato, y se sentó en la silla del lado derecho, quedando
exactamente frente a un Zac con los ojos y boca cómicamente muy abiertos. El cambiaformas
serpiente al menos era mucho más que discreto al momento de mostrar que estaba
sumamente desconcertado, para quien lo viera en ese instante, parecería que ni
siquiera le había visto sentarse en la mesa con él.
Al
parecer la serpiente era buena ocultando sus emociones, lo que sin duda era un
mecanismo de defensa contra el mundo. Pero Daniel era un Alfa y estaba
acostumbrado a leer a la gente, y ver si estas tenían intensiones ocultas o le
mentían. Todos los gestos y movimientos del cambiaformas serpientes estaban
calculados, para mostrar una seguridad e indiferencia que claramente no poseía,
porque sus ojos lo delataban.
No
era algo que se podía apreciar sin un ojo entrenado para ello, pero allí estaba,
tras la frialdad de la verde mirada había oculta una gran vulnerabilidad. Ahora
Daniel estaba seguro que más que un ser despiadado y asesino, era un chico
sumamente tenso, nervioso y asustado. Una combinación para nada buena si tomaba
en cuenta el tipo de cambiaformas que era.
La
serpiente podría no ser un asesino consumado todavía, pero de seguir de la
manera en que iba, llegaría al punto en que se sentiría tan acorralado que por
instinto, terminaría atacando y trayendo con ello un trágico final. Daniel supo
en esos momentos que no podía permitir que las cosas llegaran hasta ese punto,
no sabía si se debía a que le había admitido en su manada, aunque éste aún no
había hecho el juramento de lealtad, o si era porque deseaba complacer a su
pareja, pero en esos momentos sintió nacer en su interior, un fuerte sentido de
protección hacia el chico al otro lado de la mesa.
―Creo que nos iría bien una nieve[1],
¿Qué les parece? ―Roy preguntó, mientras señalaba un puesto, situado
estratégicamente en una de las esquinas del jardín.
Era
medio día, y a pesar de la sombra y frescura proporcionada por los arboles, el
calor era insoportable. Los cinco vieron la estructura metálica, con los diversos
botes repartidos encima de tres mesas formando una especie de u algo cuadrada, como si hubieran
encontrado un oasis en medio del desierto.
―Yo me apunto, quiero un litro
completo para mi solito ―contestó inmediatamente Zac, prácticamente corriendo
hacia el lugar, para revisar la pizarra con los sabores disponibles.
Bram gruño enojado ante el
comportamiento infantil del otro ejecutor, mientras se colocaba en la
retaguardia del grupo, que a Zac se le había encargado proteger. Todos se
dirigieron con pasos más calmados hacia allá. Axel saco su libreta para poder
escribir su pedido, estaba emocionado por tener la oportunidad de probar una
nieve. Debían ser realmente buenas, porque la gente solía tener una expresión
de deleite cuando las comían.
Tan sumergido estaba en el
pensamiento de si debía arriesgarse a probar un exótico sabor, o ir a lo seguro
con uno de los sabores más comunes y básicos, que por poco no escucho las
palabras dichas por Aníbal.
―Yo paso, gracias.
―¿No te gusta lo dulce? ―Fue la inmediata
pregunta de Roy, mirando al otro como si estuviera cometiendo algún crimen
imperdonable.
―Que me guste o no, no importa. Porque
aunque me gustara, no tengo dinero para comprar nada en estos momentos.
Ante esas palabras Axel se congelo,
era cierto, él tampoco tenía dinero así que no podía comprar nada tampoco. La
emoción de alegría que sintió anteriormente, rápidamente se convirtió en
decepción, ante ese simple pero importante hecho. Tragó el suspiro de desilusión
que quería abandonar su pecho, mientras volvía a guardar la libreta y el
bolígrafo que ya no utilizaría.
―¡Oh! No te preocupes por eso, el
Alfa pagara todos los gastos de este paseo, el mismo lo dijo ¿recuerdas?
Ahora que Roy lo decía, Axel creía
recordar haber escuchado algo al respecto, simplemente no había captado
realmente todo lo dicho, porque estaba sorprendido por la repentina sugerencia
de que ellos cinco fueran a dar un paseo. No por el paseo en sí, sino porque
había incluido a Aníbal en dicha actividad, después de la forma en que había
sido confinado y separado del grupo hasta el momento. Le alegraba el cambio de
actitud, en la misma medida en que le sorprendía.
Cuando miro los ojos de su pareja
vio la aceptación al nuevo miembro, lo que lo alegro en sobremanera e hizo que
sintiera su pecho llenarse de orgullo y cariño por su lobo. Axel estaba
consciente que todavía faltaba que el propio Aníbal se ganara su lugar dentro
de la manada, Daniel podía avalarlo, pero los demás no terminarían de aceptarle
sino hacia los meritos correspondientes. A él aún le asombraba como había
comenzado a entender, y sobre todo sentirse un miembro más de la manada. Tal
vez se debía a que su pareja era el Alfa, era posible que si éste hubiera ostentado
otro rango, él no se estuviera sintiendo tan afectado y preocupado por los
demás. ¿O aun así lo haría? Era algo para lo que no tenía respuesta, así que
mejor no se preocupaba.
Dejo esos pensamientos de lado, y se
concentro nuevamente en la renovada emoción de comer su primera nieve. Sus
manos viajando hacia las bolsas de su pantalón, para volver a sacar la pluma y
la libreta pero quedo otra vez paralizado, cuando escucho la respuesta del
cambiaformas serpiente.
―La generosidad del Alfa es mucha, ―La
voz de Aníbal era claramente sarcástica, como era al parecer la gran mayoría de
las veces que abría la boca― y dime, ¿cómo voy a pagar después por ella? Porque
no creo que cubrirán por siempre mis gastos.
Nuevamente era cierto lo que Aníbal
decía, porque a pesar de que era pareja de Daniel, eso no significaba que fuera
mantenido toda la vida. Además ya habían gastado mucho en él hasta el momento, como
para que siguieran haciéndolo en el futuro. No creía justo que por gastar en
él, dejara de cubrirse algo que la manada realmente requiriese. Debía conseguir
algún trabajo para ganar su propio dinero, o al menos hacer algo útil para la
manada que justificara sus gastos.
Aunque él no tenía ni la menor idea
de lo que podía hacer, no tenía habilidades útiles ni experiencia trabajando en
nada, ¿así que como se suponía que ganase su sustento para cada día?.
Rápidamente saco sus cosas de los bolsillos, y escribió esa duda que ahora a él
también le atormentaba, para mostrársela a los lobos que le acompañaban.
¿Y yo que
debo hacer para pagar por todo?
Cuando Roy termino de leer en voz
alta su pregunta, Axel sintió claramente la tensión en sus acompañantes, tan
fuerte que era casi palpable. Sin contar a Zac, que estaba unos cinco metros
delante de ellos, leyendo entretenido el menú de sabores sin prestarles
atención alguna. Los otros tres guardaron absoluto silencio, y los dos lobos
solo se miraban el uno al otro, pero sin hacer frente a su mirada, a la que
rehuían.
―Bueno, Parej… digo Axel, pues
veras… esto…
―Lo que Roy quiere decir, Señor, es
que ese tipo de asuntos únicamente deben de discutirse con el Alfa ―intervino finalmente
Bram, pareciendo encontrar la respuesta que les comprara tiempo, y tranquilizar
así a Axel.
Ahora se sentía mal por haber sido
quien sacó a colación el tema[2],
no había sido esa su intención, pero las cuestiones de dinero siempre había
sido algo muy delicado para él. Temía
que nuevamente fuera algo que utilizaran, para obligarle a hacer lo que no
quería hacer, como generalmente pasaba. O incluso tal vez en esta ocasión todo
fuera peor. Por ejemplo, podían quererle para poder ordeñarle[3],
pues su veneno era uno de los más potentes que existían, equiparable al de las
cobras, mambas y serpientes australianas por pertenecer a la misma familia, y
podían darle varios usos.
Había sido fácil burlar a la basura
de hombre que se creía su dueño,
haciéndole creer que estaba a su merced, por ser un adicto a las drogas que le suministraba, y que realmente no
usaba desde hace varios años, desde que tuviera su primer cambio. Más fácil aún,
fue el engañar a los idiotas que había mandado con él para asegurarse que
cumpliera con la misión de eliminación, a los que sólo tuvo que enviar tras un
rastro falso que la policía había sembrado, mientras él se escabullía tras la
verdadera pista.
Pero tales hazañas únicamente las había logrado
porque eran humanos que ignoraban lo que él era en realidad, pensando que era sólo
un mocoso que poseía alguna clase de habilidad para recolectar información
útil, y poder entrar a lugares fuertemente custodiados sin levantar sospecha
alguna. No tenían ni la mínima sospecha de que él podía, literalmente,
deslizarse por las grietas de los edificios. Pero burlar a cualquier clase de cambiaformas
era una cosa totalmente distinta, y prácticamente imposible, ahora no había
manera de que pudiera escapar de los lobos si lo intentara.
Vio con mucha atención a Axel,
estaba claro que la respuesta del ejecutor no le había satisfecho en lo
absoluto, más no siguió insistiendo. Lo que hizo que todos respiraran
nuevamente con tranquilidad, terminando de recorrer los pocos metros que les
separaba del otro ejecutor, quien se suponía debía ser su sombra en todo
momento, pero quien a la más mínima oportunidad siempre se alejaba, dejándole a
otro el problema. Sin duda eso no hacía que Aníbal se sintiera mejor, por lo
incierto de su situación.
Al menos Bram y Roy no parecía que
les molestaba, ni ignoraban su presencia, como los demás hacían. Aunque claro,
antes de que hubieran salido del hotel, el Alfa mando a por él para que jurara
lealtad, por lo que Bram se había presentado en su habitación para llevarlo con éste, pero antes de que salieran de
allí le había advertido amablemente
que si hacia algo contra la manada, en especial contra su Alfa y la Pareja
Alfa, él se encargaría de que Aníbal viviera una muy larga vida llega de agonía
en sus manos.
Nunca había sentido tanto miedo,
como para querer morder a alguien que en ese momento, no por la amenaza en sí,
sino por lo aterrador que el otro se vio en esos momentos. Entendía totalmente
que el lobo se hubiera comportado de esa manera, ya que sólo estaba protegiendo
a su manada. Pero también veía que respetaba y obedecía, sin preguntas o dudas,
las ordenes de su alfa y la opinión de Axel, como Roy también parecía hacer.
Por lo que al parecer le estaban
confiriendo una oportunidad, lo que le hacía sentir más nervioso de lo que ya
estaba, era como si estuviera bajo un microscopio donde diseccionaban cada uno
de sus movimientos, en espera de que cometiera el más mínimo error para
convertir su vida en un infierno, mayor de lo que ya era.
Trago el suspiro que pugnaba por
salir de sus labios, no quería atraer más atención de la que ya tenía, o
mostrar alguna debilidad para que los lobos la aprovecharan en su contra. Había
aprendido que en la única persona en quien podía confiar, era en el mismo y
nadie más, todos los demás sólo le querían por el provecho que podían sacarle,
y en esta ocasión no podía ser diferente, por más que deseara lo contrarío.
―¡Rayos!, esta tan buena que podría
comer diez litros más.
―Me sorprende que no pidas todos los
botes de nieve para ti solo.
―Sabes Roy, esa es una gran idea.
―Sí, al menos de esa manera tendrás
la excusa de tener el cerebro congelado, para justificar lo estúpido de tu
comportamiento.
―Muy gracioso Bram, mira como me muero
de risa ―ironizó Zac molesto―. Y cuál es tu excusa ¿siempre tiene la mitad de
un limón en tu boca, y por esos el eterno gesto agrio en tu rostro, al igual
que ácido humor de miss simpatía que te
cargas?
Ambos lobos comenzaron a gruñirse, e
inmediatamente Roy se puso en medio tratando de calmarlos. Puede decirse que
funciono solo a medias, porque si bien Zac se calmo, Bram pareció transferir el
problema hacia Roy como normalmente solía ocurrir, y ambos comenzaron a
discutir airadamente. El tercer ejecutor, acostumbrado a que eso pasara,
simplemente se concentro nuevamente en comer su nieve. Aníbal parecía que
también estaba dispuesto a ignorar a los otros dos lobos, pero él no podía
hacerlo.
No sabía el porqué, pero siempre que
pasaba aquello sentía que debía intervenir de alguna manera, aunque nunca se
había atrevido hacerlo. No era como si pudiese imponerse de alguna manera, no
tenía la fuerza, la estatura o el porte para hacerlo, bueno ni siquiera podía
hablar por el momento, mucho menos gritar para detenerlos. De no ser porque una
de sus manos sostenía el vaso con la nieve, hubiera retorcido sus manos una
contra la otra demostrando su nerviosismo, en su lugar tan solo podía ver de
uno a otro como si de un juego de ping-pong se tratase.
Eso hasta que sintió que los vellos
de su nuca se paraban, advirtiéndole de peligro inminente. Como reacción
instantánea, su cuerpo se tenso, y todos sus sentidos se agudizaron al máximo.
Aníbal también pareció notar que algo andaba mal, porque le vio mirar
discretamente a su alrededor, tensándose también. Aquello finalmente atrajo la
atención de los tres lobos, que sin perder ni un segundo más se pusieron en
guardia, siempre cuidando de no llamar la atención de los pocos humanos cerca
de ellos. Sus oídos captaron las suaves pisadas detrás de ellos, lentamente ambos
voltearon hacia esa dirección y todos los demás también lo hicieron.
―Pero mira quien regresó Rex, ni más
ni menos que los lobos cobardes, el gato pulgoso, y ahora hasta traen a una
serpiente de mascota.
―¿Qué esperabas, Loco? Ya que ellos
son incapaces de pelear para defenderse, tuvieron que conseguir refuerzos. Sólo
espero que sean capaz de controlar a su mascota, o lo más seguro es que
terminen siendo su comida.
El tono de ambos estaba lleno de
malicia y burla, al igual que lo estaban sus ojos. No había duda que querían
provocarles para que atacaran, ya que si lo hacían la amnistía terminaría y
ellos tendrían que abandonar de inmediato la ciudad, y con los vehículos
todavía descompuestos eso no era posible. Sin olvidar lo que Zareb pudiera
hacer como anciano del consejo que era, era probable que utilizara el incidente
para separarle de Daniel.
Entonces su pareja declararía la
guerra contra el león y los perros, habría muchas muertes de ambos lados. No,
definitivamente nada de eso debía pasar. Alarmado miró a los suyos, en un
intento de trasmitirles sus preocupaciones, para que todos ignoraran las
palabras llenas de veneno de los otros. Axel se sintió muy aliviado al ver que
los tres lobos y Aníbal, solo tenían expresiones aburridas, comenzando a comer
nuevamente, el los imito. Eso hizo enojara a sus dos nuevos amigos, que arremetieron con más fuerza.
―Aunque para que la serpiente este con
ellos, los rumores deben ser ciertos, escuche que son tan tontas que no sirven para
nada más que matar y joder, no tienen otra utilidad. Apuesto a que es la puta
de la manada.
―Acaso lo dudas Rex, me preguntó si
nos la prestaran por un rato, a cambio de que les dejemos marchar con la cola
entre las pat…
El silencio reino en todo el lugar,
hasta los pájaros parecieron callar. Aníbal miraba al frente, sin poder hacer
nada para ocultar lo perturbado que se sentía, ante la escena que sus ojos
presenciaban. Loco no había podido acabar la frase, porque repentinamente había
recibido un zarpazo, tan fuerte que su cara había girado. Lo mismo le sucedió
al tal Rex, pues debido a la cercanía en la que se encontraban, parte del
impacto también lo había alcanzado.
Axel se encontraba frente a ellos
mirando incrédulo su propia mano, que a pesar de haber dejado de tener garras,
pasando a simples uñas normales, esta se encontraba manchada de la sangre de ambos
cambiaformas perros. Ni los lobos ejecutores o los perros, podían reaccionar
ante tal suceso. Al parecer nadie imagino
que la Pareja Alfa, tímida y retraída, fuera a atacar de forma tan repentina y violenta.
Y por lo que veía, el propio Axel
tampoco lo esperaba. Sus ojos excesivamente abiertos, el evidente temblor que
sacudía todo su cuerpo, y el olor a miedo que salía a grandes oleadas de este,
eran un claro indicativo del grado de shock en que se encontraba. Aníbal se
preocupo por esto, no era bueno, si la información sobre la salud del gato que
había podido recabar era correcta.
Además había sentido algo cálido
instalarse en su pecho, al ser defendido por segunda ocasión por el minino,
ante los insultos de los dos perros. Aunque tal vez Axel sólo había reaccionado
ante las ofensas a la manada, más algo dentro de él le decía que no era únicamente
así, que él también había sido incluido en los pensamientos del gato. Ahora él,
tenía la imperiosa necesidad de hacer algo por éste.
Sin pensarlo mucho, tomo entre sus
manos, la mano derecha de Axel tratando de quitar la sangre, que parecía tener a
la Pareja Alfa sumergido en una pesadilla viviente. No era una tarea fácil, la
sangre era una de las esencias más difíciles de quitar u ocultar. Lo frío de la
mano que sostenía, le urgió a tratar de lograr lo que era prácticamente
imposible. Así como la inestable respiración, que a cada segundo que pasaba se
incrementaba, y lo mismo estaba sucediendo con los latidos del corazón. Sin
duda alguna Axel estaba comenzando a tener un ataque de pánico.
―¡Rápido, traigan algo de agua! Hay
que sacar la sangre lo antes posible y llevarlo con Doc.
Aunque él no sabía mucho acerca de
los ataque de pánico, lo único que sabía es que este estado de miedo podía
provocar ataque al corazón en algunas personas, dudaba que en los cambiaformas
esto pudiera pasar, pero si la salud de Axel no era la mejor esto podía ser
peligroso, y no debían de correr el riesgo de que algo le llegara a pasar.
Afortunadamente, y a pesar de estar
en lo más bajo del nivel jerárquico dentro de la manada, su orden fue obedecida
por un Zac que corrió hacia la tienda cercana, mientras que Roy y Bram se
acercaron para tratar de distraer a Axel hablándole, y que con esto apartara la
mirada de su ensangrentada mano. Desgraciadamente su grito, también había hecho
reaccionar a los perros.
―¡¿De qué rayos están hablando?! Lo que
deberían estar haciendo es irse inmediatamente de aquí, han roto la amnistía. Pero
si nos permiten arreglar cuentas personalmente con el gato, entonces nosotros
no diremos nada de lo que ha pasado.
―Están realmente dementes, si creen
que permitiremos que pongan una sola de sus sucias patas encima en él, la
Pareja Alfa de nuestra manada ―gruñó enojado Bram a Rex, poniéndose delante de
ellos para proteger a Axel. Aníbal deseo no tener las restricciones en sus
colmillos, tal vez con la amenaza de su mordida podría hacer retroceder al par
de idiotas.
―¿Y qué podría importarles eso a
ustedes, acaso no tienen orgullo canino, que agachan sus cabezas ante un
asqueroso felino enclenque como ese? ―Fue la respuesta de Loco, con una clara
mueca de asco dirigida hacia Axel.
―Los que desconocen lo que es el
orgullo son ustedes, que en lugar de proteger a la pareja de su Alfa le atacan.
No importa a que raza se pertenezca, el deber de una manada es proteger a los
suyos, sino son capaz de hacer eso no merecen pertenecer a una manada en primer
lugar.
―Buena respuesta Ejecutor Rodrigo. ―La
grave voz se escucho, cual si fuera un trueno, retumbando por todo el lugar.
Todos los ojos, excepto los de Axel que seguía en shock y Zac que aún no
regresaba, se centraron el nuevo recién llegado. El hombre alto y construido
como una pared de ladillos por lo grueso de sus hombros y lo voluminoso de sus
músculos, sin llegar a ser algo grotesco como algunos fisicoculturista que
exageraban las proporciones de sus cuerpos.
Aníbal sabía que ese era el Alfa de
la ciudad, a pesar de que no había sido presentado formalmente, pero había
escuchado a este hablar con el Alfa Daniel antes de que se lo llevaran
escoltado hasta el hotel, cuando recién había aceptado unirse a la manada. Él
no estaba seguro, que la presencia de dicho personaje fuera buena para ellos en
ese momento, más no podían hacer nada que cambiara este hecho, así que sólo
espero que el encuentro no tomara tanto tiempo para llevar a Axel con Doc lo
antes posible.
―Será mejor que lleven a la Pareja
Alfa Axel al hotel, no parece encontrarse en buenas condiciones.
―Pero Líder, él nos ha atacado, por
lo tanto debería de retirarles la amnistía.
―¡Silencio, Loco! Yo soy el que
decide las cosas aquí ¿o ya se les ha olvidado?
―Claro que no Líder ―respondieron
ambos a la vez, mientras descubrían su cuello en claro gesto de sumisión.
―Entonces deben de saber que desde
este momento, declaro a la manada Olin como nuestros invitados, y deben de
ser tratados en función a eso, ¿lo han entendido?
―Sí Líder, se hará como ha ordenado.
―Volvieron a responder al unísono.
―Entonces vayan a informar a los
demás de esto, y después preséntense ante mí para hablar sobre lo inaceptable
de su reciente comportamiento.
Los otros no contestaron claramente
afectados por las palabras de su Alfa, solamente asintieron y dando media
vuelta se perdieron entre los arbustos y árboles del parque. En ese momento Zac
finalmente había regresado con el agua, Aníbal dejo de prestar atención a los
demás, simplemente le arrebato la botella y procedió a lavar los residuos de
sangre seca que aun quedaban, poniendo énfasis en la que se encontraba bajo las
uñas.
[1] Nieve es un postre tipo hecho
a base de agua y frutas generalmente, a diferencia de cuando es a base de
cremas o de leche que en ese caso sería helado. Sin embargo en México, la gente
utiliza la palabra "nieve" como sinónimo helado, y en este caso normalmente se
especifica el tipo de nieve que se desea ya sea de "agua" o
"leche".
[2] Se dice que alguien sacó a colación un tema en una
conversación, cuando desprendió de lo que se estaba hablando otro tema, que
posiblemente se encuentra relacionado con el original.
[3] Se conoce como acción de
ordeñar, al proceso de extraer el veneno de los colmillos de las serpientes.
Y bien ¿qué les pareció?... Me disculpo de antemano porque todavía no trató el tema de lo que se trae en manos Zareb, pero todo llegara en su momento XD, por ahora no olviden dejar sus comentarios para hacerme saber sus opiniones, las cuales me animan a continuar la historia.
Por el momento me despido, esperen muy pronto más de mis locuras q(^o^)p...
Por el momento me despido, esperen muy pronto más de mis locuras q(^o^)p...
(/^_^)/ yeah capitulo 14 -bailo-
ResponderEliminarMuchas gracias por este nuevo capitulo y saber que mañana habrá capitulo 15 me hace mucho más feliz sfadsafsdfa ♥ También es una grata noticia saber que ya estas mejor lady dragón :)
Gracias por el nuevo capitulo estuvo super interesante estoy deseando leer el siguiente y enterarme que se trae entre las patas ese leoncito, gracias por tu trabajo
ResponderEliminargracias estoy esperando el siguiente con ansias.besos y animo
ResponderEliminarQue bueno saber que estas mejor preciosa ; amo a Daniel ja,ja me gusto la reacción de Axel de defender a Anibal.
ResponderEliminarla acción de Anibal por cuidar de Axel me encanto,la parte del comedor también,pero me hubiera gustado haber leído acerca de que conversaron o que hicieron Daniel y Axel después de su encuentro con Líder y el león, el consuelo que seguramente le dio Daniel a Axel ,tengo la impresión como que desde que Axel duerme y el episodio del baño falta algo,
estoy super enganchada con tu historia,me encanta los sentimientos que manifiestan tus personajes,la encuentro diferente a toda otra historia,gracias por compartir con nosotros.
esperando el proximo capi.besos
Hola, Lady :D
ResponderEliminarno sabía que estabas enferma, espero te recuperes pronto, cuídate mucho y gracias por el capi, besosss
Me ha encantado el capi gracias por escribir todos los dias y que al gatito no le quiera comer el león ^,^)/y si se atreve zarpazo enserio soy super fan de la historia sigue asi y animo:-D
ResponderEliminarWow este Cap me fascino enserio al fin el lindo gatito saco las uñas literalmente y mostró que no solo es un pequeñin indefenso. En serio cada vez vas mejor con tu historia y x mi parte me tienes super enganchada y feliz sigue asi que vas super
ResponderEliminarPrimero siempre tú salud Lady, cuidate mucho y que te mejores. Y por esforzarte tanto en regalarnos este nuevo capítulo doble agradecimiento. Un gran abrazo.
ResponderEliminarhola lady, me encanta que Axel vaya saliendo de su caparazón!!! la historia va genial, cada dia espero anciosa para leer otro capi, creo que pienso como ilevo, me gustaría mas convivencia entre Axel y Daniel o diálogos, por ejemplo se sentaron a comer y leimos los pensamientos de Daniel...no se si es porque Axel no pueda hablar todavía y te estas reservando para cuando lo haga jijiji y lo vas a poner a hablar como cotorra!!! pero hay muchas cosas que Axel no conoce y nunca vio y seria lindo ver como comparte estas experiencias con Daniel..espero no te molestes con mis comentarios y espero te sirvan los hago con la mejor intención , besos
ResponderEliminar¡Hola, Lady Dragón! Me alegra mucho el saber que ya te encuentras mejor, espero que estés recuperada por completo pronto. Mil gracias por tan magnifico capítulo, estoy super enganchada con ella. Y amo a esta pareja cada vez más.
ResponderEliminarBesos